jueves, 7 de mayo de 2009

JESÚS COMO REFERENCIA - José Antonio Pagola

JESÚS COMO REFERENCIA
José Antonio Pagola

Domingo 5º de Pascua (Jn 15, 1-8)


La imagen es sencilla y de gran fuerza expresiva. Jesús es la «vid verdadera», llena de vida; los discípulos son «sarmientos» que viven de la savia que les llega de Jesús; el Padre es el «viñador» que cuida personalmente la viña para que dé fruto abundante. Lo único importante es que se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo más humano y feliz para todos.

La imagen pone de relieve dónde está el problema. Hay sarmientos secos por los que no circula la savia de Jesús. Discípulos que no dan frutos porque no corre por sus venas el Espíritu del Resucitado. Comunidades cristianas que languidecen desconectadas de su persona.

Por eso se hace una afirmación cargada de intensidad: «el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid»: la vida de los discípulos es estéril «si no permanecen» en Jesús. Sus palabras son categóricas: «Sin mí no podéis hacer nada». ¿No se nos está desvelando aquí la verdadera raíz de la crisis de nuestro cristianismo, el factor interno que resquebraja sus cimientos como ningún otro?

La forma en que viven su religión muchos cristianos, sin una unión vital con Jesucristo, no subsistirá por mucho tiempo: quedará reducida a «folklore» anacrónico que no aportará a nadie la Buena Noticia del Evangelio. La Iglesia no podrá llevar a cabo su misión en el mundo contemporáneo, si los que nos decimos «cristianos» no nos convertimos en discípulos de Jesús, animados por su espíritu y su pasión por un mundo más humano.

Ser cristiano exige hoy una experiencia vital de Jesucristo, un conocimiento interior de su persona y una pasión por su proyecto, que no se requerían para ser practicante dentro de una sociedad de cristiandad. Si no aprendemos a vivir de un contacto más inmediato y apasionado con Jesús, la decadencia de nuestro cristianismo se puede convertir en una enfermedad mortal.

Los cristianos vivimos hoy preocupados y distraídos por muchas cuestiones. No puede ser de otra manera. Pero no hemos de olvidar lo esencial. Todos somos «sarmientos». Sólo Jesús es «la verdadera vid». Lo decisivo en estos momentos es «permanecer en él»: aplicar toda nuestra atención al Evangelio; alimentar en nuestros grupos, redes, comunidades y parroquias el contacto vivo con él; no desviarnos de su proyecto.

Tomado de: http://www.feadulta.com/

lunes, 20 de abril de 2009

DESIERTO ADENTRO - Rodrigo Plá (México)

DESIERTO ADENTRO
de Rodrigo Plá (México)


por Edgar Rubio (Acapulco, México)

Quienes hemos experimentado la culpa sabemos el infierno de vivir sin posibilidad de paz.

¿Cómo revelar en el cine este tormento misterioso de la conciencia?

Esta conciencia culposa ha marcado la historia religiosa de México. Las manifestaciones de esa culpa pasan por peregrinaciones, rezos, vestimenta y resguardo de niños santos, vírgenes peregrinas, procesiones, mandas, retablos…

¿Qué mueve esta expresión de la religiosidad del pueblo de Dios?

Entre 1926 y 1929 esa religiosidad fue desviada hacia la Guerra Cristera. El gobierno fanático de Plutarco Elías Calles cerró los templos y optó por extirpar una fe que concebía como enajenante.

Obispos, sacerdotes y en especial laicos optaron por la opción militar para salvaguardar el derecho a la libertad de creer.

Encontraron un pueblo propicio para la lucha, capaz de seguir la autoridad de los párrocos, dispuesto a dar la vida por una tradición concentrada en templos, en imágenes y en la figura de los consagrados.

De este caldo de cultivo surge Elías (Mario Zaragoza), el protagonista de Desierto Adentro (México, 2008) película del director uruguayo formado en México, Rodrigo Plá.

Él no parece dispuesto a tomar las armas por la Iglesia. Pero la creencia en el destino de los niños no bautizados lo deposita en el terreno de la culpa.

“Maldito es quien por preservar la vida de uno de sus hijos permite la muerte de sus hermanos”. Ésta y otras maldiciones terminan por arrojarlo al desierto. Encamina en esta locura a sus hijos. A uno de ellos lo encierra, como Niño Dios, en un relicario y en un baúl.

El cifrado vétero-testamentario del filme nos muestra los símbolos del desierto, de un Dios inmisericorde, de un hombre condenado, de la ausencia de providencia divina, de sacrificios y de expiaciones que no terminan por “complacer” a un Dios desencarnado de la vida, sin presencia comunitaria y sin amor.

Elías arrastra en esta fe desierta a sus hijos vivos. Los preserva para cumplir la encomienda de construir un templo y calmar, así, la ira de Dios.

A él lo mueve el miedo. Teme perder lo que ama.

La fuerza íntima de la libertad comienza a desplegarse en la conciencia de sus hijos: uno desea una mujer, otra tocar lo que se le ha presentado como prohibido, otro más sólo subir un árbol. La fotografía y la banda sonora del filme nos comunican con fuerza estas convicciones.

La libertad del amor choca con la desolación del miedo. La culpa sin misericordia sólo deriva en muerte como con el traidor de las treinta monedas, incapaz de mirar en la cruz la felicidad redentora de quien da la vida por sus amigos.

La religión cuando en lugar de revelar sesga, cuando en lugar de liberar encierra, y cuando en lugar de amar opta por infundir miedo, se convierte en un totalitarismo atroz, cercano en formas y actos a los peores totalitarismos de la historia de la humanidad. Es una religión incapaz de ofrecer esperanza.

Rodrigo Plá, vía las manos de Aureliano (Diego Cataño), el hijo más pequeño de Elías, parece repetirnos que la única expiación humanizante es la que deriva en arte.

Una y otra vez los sucesos más trágicos, pero también los que son fuente de esperanza, son transformados por Aureliano en retablos religiosos bellamente elaborados, que dotan de una textura fantástica e icónica al filme de Plá.

A través de ellos se graba el tiempo-vida de su familia. Nada, ni la muerte, escapa a su mirada y a su arte.

Un arte que terminará liberándolo de la obsesión pecaminosa del Padre. Al final, tras la pérdida de lo amado, comprende que sólo la Misericordia puede abrir al hombre a la libertad y al bien, y corre. Nada podrá ya detenerlo.

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DESIERTO ADENTRO
Director. Rodrigo Plá.
Productores: Germán Méndez y Rodrigo Plá
Guión. Laura Santillo y Rodrigo Plá.
Fotografía: Serguei Salívar
Música: Jacobo Lieberman
Intérpretes: Mario Zaragoza, Diego Cataño, Martín Zapata, Hielen Yánez, Luis Fernando Peña.
México, 2008
Mención honorífica de SIGNIS en el Festival Cero Latitud, en Quito, Octubre 2008

domingo, 12 de abril de 2009

Vayan a Galilea, allí lo volverán a ver. - José Antonio Pagola

Vayan a Galilea, allí lo volverán a ver.
José Antonio Pagola
Domingo de Pascua (B) Marcos 16, 1-7

ECLESALIA, 08/04/09.- El relato evangélico que se lee en la noche pascual es de una importancia excepcional. No sólo se anuncia la gran noticia de que el crucificado ha sido resucitado por Dios. Se nos indica, además, el camino que hemos de recorrer para verlo y encontrarnos con él.

Marcos habla de tres mujeres admirables que no pueden olvidar a Jesús. Son María de Magdala, María la de Santiago y Salomé. En sus corazones se ha despertado un proyecto absurdo que sólo puede nacer de su amor apasionado: «comprar aromas para ir al sepulcro a embalsamar su cadáver».

Lo sorprendente es que, al llegar al sepulcro, observan que está abierto. Cuando se acercan más, ven a un «joven vestido de blanco» que las tranquiliza de su sobresalto y les anuncia algo que jamás hubieran sospechado.

«¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado?». Es un error buscarlo en el mundo de los muertos. «No está aquí». Jesús no es un difunto más. No es el momento de llorarlo y rendirle homenajes. «Ha resucitado». Está vivo para siempre. Nunca podrá ser encontrado en el mundo de lo muerto, lo extinguido, lo acabado.

Pero, si no está en el sepulcro, ¿dónde se le puede ver?, ¿dónde nos podemos encontrar con él? El joven les recuerda a las mujeres algo que ya les había dicho Jesús: «Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis». Para «ver» al resucitado hay que volver a Galilea. ¿Por qué? ¿Para qué?

Al resucitado no se le puede «ver» sin hacer su propio recorrido. Para experimentarlo lleno de vida en medio de nosotros, hay que volver al punto de partida y hacer la experiencia de lo que ha sido esa vida que ha llevado a Jesús a la crucifixión y resurrección. Si no es así, la «Resurrección» será para nosotros una doctrina sublime, un dogma sagrado, pero no experimentaremos a Jesús vivo en nosotros.

Galilea ha sido el escenario principal de su actuación. Allí le han visto sus discípulos curar, perdonar, liberar, acoger, despertar en todos una esperanza nueva. Ahora sus seguidores hemos de hacer lo mismo. No estamos solos. El resucitado va delante de nosotros. Lo iremos viendo si caminamos tras sus pasos. Lo más decisivo para experimentar al «resucitado» no es el estudio de la teología ni la celebración litúrgica sino el seguimiento fiel a Jesús.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

viernes, 3 de abril de 2009

Monseñor Romero - Jon Sobrino

Monseñor en el hospitalito a solas con Dios. En catedral con su pueblo. En medio del pueblo y en su defensa hasta el final
Homilía del 24 de marzo en la capilla de la UCA

JON SOBRINO, jsobrino@cmr.uca.edu.sv

En muchos lugares se está celebrando el XXIX Aniversario del asesinato-martirio de Monseñor Romero. El sábado 21, en una vigilia popular. Hoy a las 12:00, en una misa en Catedral, presidida por el arzobispo José Luis Escobar, y a las 5:30 en otra misa en la Cripta, presidida por Monseñor Rosa. Ahora, en esta eucaristía le recordamos en la Capilla de la UCA. Le pedimos que nos bendiga. Le pedimos también que nos anime a ser una universidad como él la quería, y a convertirnos cuando, por acción o por omisión, no lo somos. Y le pedimos que profesores, administrativos, trabajadores y alumnos siempre recuerden su nombre, le recuerden y le honren.

Para hacerlo hoy presente entre nosotros, he elegido dos lecturas. El evangelio es el del buen pastor, pues la universidad, con todo lo que tiene, conocimientos y recursos, debe pastorear de manera universitaria al pueblo salvadoreño. Debe alimentar ante todo a las mayorías hambrientas de pan y de trabajo, de justicia y de verdad. Y debe defenderlas de los mercenarios, los poderosos de todo tipo, que no las apacientan sino que, muchas veces, las devoran, como denunciaba el profeta Oseas. Y en esa defensa la universidad debe correr riesgos como el buen pastor. Muy bien nos lo recuerdan nuestros compañeros aquí enterrados.
La segunda lectura nos dice quién es ese buen pastor: Jesús de Nazaret. En palabras bellas y bien pensadas se dice de él que “pasó haciendo el bien, curando a los oprimidos”. Y se añade, a modo de confesión, lo que no solemos tener tan en cuenta: “que Dios estaba con él”.Ahora queremos recordar al Monseñor Romero buen pastor, a partir de tres cosas muy suyas: el Hospitalito, la Catedral y su caminar con el pueblo, defendiéndolo, hasta el final.

1. En el Hospitalito a solas con Dios
Es sabido que, nombrado arzobispo, la oligarquía quiso ganárselo y le ofreció un palacio episcopal con las habituales comodidades mundanas. Pero Monseñor lo rechazó y se fue a vivir a una modesta habitación junto al hospital de La Divina Providencia. Allí recibió, muchas veces de noche, a personas de todo tipo. Allí preparaba los sábados sus homilías dominicales. Y allí sobre todo, como Jesús junto al lago o en el huerto, oraba al Dios que ve en lo escondido. Contaba la hermana Teresa que a altas horas de la madrugada a veces veía luz en las habitaciones de Monseñor, y le llevaba un zumo de naranja. Lo encontraba rezando.

En el hospitalito Monseñor Romero vivía solo y sin seguridad en tiempos de graves riesgos. Las personas más cercanas eran mujeres, enfermas de cáncer incurable, pobres todas ellas, con la angustia añadida de no saber qué sería de sus hijos una vez muertas ellas. Monseñor -tan indiferente a honores mundanos- confesó que le hubiese gustado ganar el premio Nobel de la paz de 1978 para, con el importe del premio, aliviar la suerte de las mujeres enfermas.

Sólo Dios que ve en lo escondido sabe bien quién era el Monseñor del Hospitalito y qué significaba Dios para él. Pero algo podemos barruntar. Poco antes de su muerte, en los momentos más difíciles del pueblo salvadoreño, Monseñor les habló de “Dios”:
Ningún hombre se conoce mientras no se ha encontrado con Dios. Quien me diera, queridos hermanos, que el fruto de esta predicación fuera que fuésemos a encontrarnos con Dios” (Homilía del 10 de febrero de 1980).

Y a estas palabras más reflexivas, añadió otras más entrañables. Con humildad decía: “mi más íntimo deseo es que yo no sea un estorbo en el diálogo de ustedes con Dios”. Y con gozo añadió: “me alegra mucho cuando hay gente sencilla que encuentra en mis palabras un vehículo para acercarse a Dios” (Homilía del 27 de enero de 1980). Sin sectarismo alguno, sino con sincero respeto a todos, dijo que “sin Dios no puede haber liberación” (Homilía del 2 de marzo de 1980). Y con Dios, consolaba a la gente: “Dios va con nuestra historia. Dios no nos ha abandonado” (Homilía del 9 de diciembre de 1979).

A todos, también UCA e Iglesia, nos pregunta y nos invita Monseñor a “estar a solas con Dios”. Y a quienes no mencionen ese nombre les pregunta e invita a estar a solas, indefensamente y en entrega total, con aquello bueno que vean como último: la compasión, la justicia, la verdad. “A solas”. Sin poder ir más allá.

2. En Catedral con su pueblo
El Monseñor de Catedral es más conocido. Es el Monseñor de las homilías, de los pobres y de las víctimas, de los horrores de la represión y de la esperanza de justicia. Es el Dios de las organizaciones populares, de los sacerdotes perseguidos y asesinados, de los innumerables mártires, sin que Monseñor dejara a ninguno de ellos y de ellas sin nombre. Es el Dios del pueblo salvadoreño. Quienes tuvimos la suerte de escucharlo lo recordamos muy bien. Vamos a citar algunas palabras suyas, pero quizás lo más importante es saber cómo preparaba las homilías -honda lección para la Iglesia, la UCA, los medios, y todas las instituciones y organismos que quieren servir al pueblo. La víspera de su asesinato dijo Monseñor:
Le pido al Señor, durante toda la semana mientras voy recogiendo el clamor del pueblo y el dolor de tanto crimen, la ignominia de tanta violencia, que me dé la palabra oportuna para consolar, para denunciar, para llamar al arrepentimiento”(Homilía del 23 de marzo de 1980).

De ahí surgía la denuncia y la profecía, y por surgir del dolor y clamor del pueblo iban más allá de declaraciones éticas o de la doctrina social:
”Yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Éste es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable. ¡Y ay del que toque ese alambre de alta tensión! Se quema”. “Vivimos en un falso orden, basado en la represión y el miedo”. “El robar se va haciendo ambiente. Y al que no roba se le llama tonto”. “Se juega con los pueblos, se juega con las votaciones, se juega con la dignidad de los hombres”. “Estamos en un mundo de mentiras donde nadie cree ya en nada”. Y como un Amós o un Miqueas decía: “esto es el imperio del infierno”. La exigencia es como ser Iglesia y universidad de ciencia y de profecía.

En los últimos meses Monseñor Romero fue todavía más duro, si cabe, en decir la verdad. Y la razón era la compasión; la verdad estaba a favor del pueblo, que muchas veces sólo tenía la verdad en su favor. De ahí que la denuncia profética subió de tono. Pero es importante recordar también unas palabras, llenas de honradez y muy de Monseñor, que ojalá todos las tengamos presentes: “hay que comenzar por casa”.

“Todo el que denuncia debe estar dispuesto a ser denunciado y, si la Iglesia denuncia las injusticias, está dispuesta también a escuchar que se la denuncie y está obligada a convertirse… Los pobres son el grito constante que denuncia no sólo la injusticia social, sino también la poca generosidad de nuestra propia Iglesia” ( 17 de febrero de 1980).

3. En medio del pueblo y en su defensa hasta el final
Monseñor se mantuvo firme en la compasión y en la denuncia, sin componendas. Su compasión y su profecía no fueron flor de un día, ni fueron palabras política y eclesiásticamente correctas. En la sociedad no encontró facilidades, por decirlo muy suavemente, pero tampoco encontró facilidades en la Iglesia en cuanto institución jerárquica; a veces todo lo contrario. Se mantuvo firme, y hasta el último momento defendió a las víctimas, aun sabiendo que él podía ser la próxima. Y así fue.

Monseñor Romero tomó en serio las palabras de Puebla. A los pobres Dios “los ama y los defiende”. Lo primero le llevó a desgastarse en una pastoral a favor de la justicia, la esperanza y la vida de los pobres. Lo segundo a enfrentarse con quienes los oprimían y reprimían. Puso a su Iglesia en esa dirección de defensa y enfrentamiento, de modo que, sin intenciones idealistas, llegó a ser una “Iglesia de los pobres”. Eso significó riesgos y enfrentamientos. “Por defender al pobre la iglesia ha entrado en grave conflicto con los poderosos de las oligarquías económicas” (Discurso de Lovaina, 2 de febrero de 1980. Ya antes había constatado las consecuencias, y emitió un juicio que nunca se emite, desorbitadamente evangélico: “Sería triste que en una patria donde se está asesinando tan horrorosamente no contáramos entre las víctimas también a los sacerdotes. Son el testimonio de una Iglesia encarnada en los problemas del pueblo” ( 24 de junio de 1979).

Hasta el día de hoy, en un mundo mal llamado de globalización y que en realidad vive en trance de cruz, que pretende quitar aristas al horror de la realidad y silencia a millones de crucificados -en Irak, en el Congo, en Gaza, en Haití-, hacer presente a Dios en la historia es seguir a Jesús cargando con la cruz. No con una cruz abstracta y sin historia, sino concreta, salvadoreña. “Cristo es Dios majestuoso que se hace hombre humilde hasta la muerte de los esclavos en una cruz y vive con los pobres… así debe ser nuestra fe cristiana” (Homilía del 17 de febrero de 1980). Monseñor lo intuyó desde el principio. En Aguilares el 19 de junio de 1977 comenzó la homilía con estas palabras: “a mí me toca ir recogiendo atropellos y cadáveres”. Palabras para la UCA, para la Iglesia y para todos.

Monseñor mantuvo la defensa de su pueblo hasta el final, y con ello la esperanza. Dos eran sus pilares, como lo intuyó Ignacio Ellacuría: Dios y el mismo pueblo. Sin ninguna rutina, en las horas más trágicas de El Salvador no se cansó de repetir el Emmanuel. “Dios va con nuestra historia. Dios no nos ha abandonado. Ningún cristiano debe sentirse sólo en su caminar, ninguna familia tiene que sentirse desamparada, ningún pueblo debe ser pesimista, aun en medio de las crisis que parecen más insolubles”. Es el “consolad, consolad a mi pueblo” de Isaías. Y a ese pueblo le dio dignidad. “Ustedes son el divino traspasado” dijo en Aguilares a unos campesinos aterrorizados, el día que fue a celebrar la eucaristía cuando los soldados, un mes después de haberlo tomado y ocupado, abandonaron el pueblo. El Monseñor que decía: “esto es el imperio del infierno” decía también: “sobre estas ruinas brillará la gloria del Señor”.

Las amenazas iban en aumento. En su última homilía confesó: “Esta semana me llegó un aviso de que estoy en la lista de los que van a ser eliminados la próxima semana”. Y automáticamente, como si se hubiese convertido en segunda naturaleza, Monseñor puso su muerte en relación con la salvación del pueblo: “que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad”.

Y en relación con el pueblo, en un supremo esfuerzo para impedir mayores atrocidades, pronunció las palabras finales de su última homilía, hito insuperable en la historia del país, de la Iglesia y de cualquier lugar donde quede un rastro de humanidad.

“En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!” (23 de marzo de 1980).

Nunca antes se habían escuchado semejantes, ni nunca después se han vuelto a escuchar. Fueron recogidas con un estruendoso aplauso, nunca antes escuchado ni nunca después vuelto a escuchar:
Con la muerte de Monseñor no murió su palabra. Pocos días después de su asesinato, en una misa celebrada en la UCA, el Padre Ellacuría dijo: “Con Monseñor Romero Dios pasó por El Salvador”. Las hemos repetido muchas veces, y hoy nos volemos a preguntar: ¿es verdad? Sí, y en muchos lugares. Baste recordar algunas cosas de estos días.

El 2 de marzo, Noam Chomsky, prominente pensador estadounidense, luchador de causas nobles, muchas de ellas “perdidas”, acosado de muchas formas por los poderes establecidos, acababa de cumplir 80 años. El diario El País le hizo una entrevista sobre temas conocidos profesionalmente por el autor: la situación de la política internacional, los medios, internet… Pero, rompiendo la lógica de la profesión, la entrevista termina con una pregunta personal: “A su edad, ¿qué le hace seguir luchando?”. Y esto es lo que dijo:
“Imágenes como ésa [Chomsky indica un cuadro que cuelga de su despacho en el que se ve al ángel exterminador junto al arzobispo Romero y seis intelectuales jesuitas asesinados en El Salvador en los ochenta por los escuadrones de la muerte]. Uno de mis fracasos es que ningún estadounidense sepa qué significa ese cuadro”.

El 15 de marzo algo muy nuevo ocurrió en El Salvador. El partido Arena, que nunca había pronunciado oficialmente el nombre de Monseñor Romero – pienso que por miedo y por una especie de insuperable parálisis fonética, perdió las elecciones. Por el contrario, el vencedor, Mauricio Funes sí lo pronunció. Analistas hay y habrá que juzguen sobre convicciones e intenciones. Pero remitirse a Monseñor Romero en ese momento y presentarlo como lo más entrañable que ha producido y tiene este país, indica que Monseñor Romero sigue vivo.
En la vigilia del 21 de marzo, durante la marcha y ante Catedral, muchos salvadoreños y salvadoreñas, sintieron una vez más la presencia de Monseñor. Con sentido humano y cristiano -y con exquisito sentido teológico- no expresaron esa presencia, al menos no en lo fundamental, porque tuvieran ahora en sus manos “más poder”, sino que la expresaron en un sentimiento de dignidad, esperanza y alegría. Con Monseñor podían seguir trabajando y caminando. Y celebrando la vida.

El día 26 de marzo por primera vez en la historia del país se instauró un tribunal de justicia restaurativa para que, tras el desentenderse de tanto crimen, por vileza o por la ley de amnistía, el Estado reconozca su culpa y pida perdón; para que las víctimas recuperen dignidad; y para que después de muchos años se de pasos de reconciliación. En los esfuerzos denodados de muchos profesionales por instaurar el tribunal, y sobre todo en la palabra de los testigos, familiares de las víctimas y a veces víctimas ellos mismos, en la dignidad, el alivio, la mano tendida que expresaban esas palabras, Monseñor Romero pasaba por El Salvador.
Terminamos por donde comenzamos. Estamos en la Capilla de la UCA. Les invito a todos a hacer realidad aquello a lo que, ante Monseñor, se comprometió el Padre Ellacuría cuando, en 1985, la UCA le otorgó un Doctorado Honoris Causa.

1. Una auténtica inserción en la realidad nacional, lacerada, casi herida de muerte, sacudida hoy por diez asesinatos al día, sin ceder a la tentación de distanciarnos de ella, y menos, como si fuera beneficioso para la excelencia académica.

2. No caer en la neutralidad falaz y concretar el bien común desde el bien de las mayorías pobres y oprimidas, de las víctimas; es decir, hacer una opción libre por los pobres de este país y mantenernos firmes en ella.

3. Tras la guerra, propiciar y defender de todas las formas posibles una paz verdadera, los derechos humanos y la reconciliación real; frenar el desangramiento del país y trabajar para que no sean necesarias las migraciones inhumanas.

4. No cejar en la esperanza de construir un futuro mejor, más humano y humanizado. Especialmente, devolver palabra, consuelo, dignidad y reparación a las víctimas. Y dejarnos salvar por ellas.

5. Que no se tambalee sino que se robustezca la inspiración cristiana que movía todo el actuar de Monseñor Romero. El Monseñor que vivía de la fe en Jesús mueve a dar la vida por los que sufren como hemos leído en el evangelio.

Pidamos a Dios que esta universidad con humildad y con decisión, con convicción y con gozo sea fiel seguidora de Monseñor Romero. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Jon Sobrino
24 de marzo, 2009

GRAN TORINO - Luis García Orso, S.J.

GRAN TORINO
Luis García Orso, S.J.

¿Qué sabe uno en realidad de la vida y de la muerte, de la culpa y el perdón, del dolor y la salvación? El viudo Kowalski se lo pregunta irónico al joven sacerdote de 27 años, recién ordenado, que preside la misa del funeral de la esposa. Si por su poca experiencia parecería que el sacerdote poco sabe, más allá de lo aprendido en la teología, tampoco uno alcanza a ver mucho en el viejo Walt Kowalski: con cara de pocos amigos, cuestionador de costumbres modernas, interpelante, casi grosero, solo y amargado, y que además pasa el tiempo bebiendo cerveza en la entrada de su casa, hablando sólo con su perra, y despotricando de forma racista de sus vecinos de la etnia Hmong venidos del sudeste asiático. El viejo Walt observa con desprecio cómo el vecindario donde siempre ha vivido en Detroit se ha ido degradando con la llegada de inmigrantes orientales y de pandillas de jóvenes latinos, afro-americanos y asiáticos.
El viejo Kowlaski vive descontento del presente, preocupado del futuro y atado a un pasado que vivió feliz con su esposa y en que peleó en la guerra de Corea de principios de los cincuentas. De esta historia suya están presentes hasta ahora un rifle M1 que usó en la guerra, la medalla que ganó por matar soldados norcoreanos y un carro Gran Torino 1972, de la misma empresa Ford en que él trabajo por treinta años. Los espectadores habremos de no perder de vista en la película la fuerte carga simbólica de estos tres objetos.

A sus 78 años de edad, con una impresionante madurez personal y cinematográfica, Clint Eastwood dirige y actúa Gran Torino, y nos ofrece su muy personal respuesta a las preguntas fundamentales planteadas al inicio, al narrarnos un momento en la historia de este viejo Kowalski. Y las respuestas sólo podrán venir de la misma experiencia de la realidad vivida, sufrida, enfrentada: con unos violentos y prepotentes jóvenes pandilleros, con las familias Hmong que lo desarman con su generosidad y convivencia, con el tímido jovencito Thao que no sabe cómo trabajar y cómo luchar por él mismo, con unos hijos casados que sólo lo buscan para lucrar alguna ganancia para ellos. En el cruce de estos personajes y de estas vidas, Kowalski tendrá que responder con los valores en que cree, pero también enfrentarse a la maldad y violencia del tiempo actual, a los demonios del pasado, a las culpas de la guerra, a la preocupación de un futuro sin esperanza para las nuevas generaciones, a la defensa de la dignidad pisoteada y ultrajada, y a su propia vida que va llegando al final.

Con un guión muy sencillo y casi obvio, Eastwood deja transparentar la simplicidad y la hondura que traen consigo la madurez, y evoca en el protagonista de Gran Torino una síntesis de los mejores personajes en su carrera cinematográfica: la fuerza justiciera de Harry el Sucio (1971), el veterano de la guerra de Corea en Thunderbolt and Lightfoot, (1974), el siempre amenazante Josey Wales (El fugitivo Josey Wales, 1976), Harry Callahan en un Ford Torino en The Enforcer (1976), el misterioso desconocido que defiende a los débiles en The Pale Rider (El jinete pálido,1985), el pistolero retirado que sale a vengar a una mujer ultrajada en The Unforgiven (Los imperdonables, 1992), el boxeador retirado que es retado en sus convicciones por una novata en Million Dollar Baby (Golpes del destino, 2004), y hasta se atreve Clint Eatwood a cantar la melodía final de la película como lo hiciera por primera vez en 1969 en Paint your Wagon (La leyenda de la ciudad sin nombre). Pero además, Eastwood recrea de algún modo el último papel del legendario John Wayne en The Shootist (El último pistolero, de Don Siegel, 1976), y rinde homenaje a un género tan querido y tan clásico en el cine como el western. Quizás el maestro Eastwood nos empieza ya a dejar su testamento espiritual y cinematográfico.

Con una explícita ambientación en la fe católica, Gran Torino se convierte en una parábola cinematográfica sobre el mal, la culpa y la redención. Obviamente está en el trasfondo la figura de Jesús, el Hijo de Dios, para enseñarnos con su vida cómo enfrentar estás realidades últimas de la existencia. Pero lo impresionante en la historia de Gran Torino es cómo el viejo renegado Walt Kowalski puede convertirse en figura del buen samaritano, del padre misericordioso, y del Cordero de Dios que se entrega para redimir a los oprimidos por el Mal. Cuando termina la película reconocemos que el espíritu de la redención lo alcanza todo.


Luis García Orso, S.J.
México, Abril 2 de 2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

Está llegando el juicio de este mundo

“Jesús dijo: Está llegando el juicio de este mundo; ya va
a ser arrojado el príncipe de este mundo” Jn12,20-33
Max Verduzco S.I
29 marzo 09 .

Las lecturas hablan de Nueva y Definitva Alianza del Señor con la humanidad.

1ª. Por medio de Jeremías anuncia: “Haré un Alianza Nueva… Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo… Cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados”
Las promesas del Señor tienen por lo menos dos tiempos: Provisional aquí en la tierra y Definitiva en la eternidad. En la tierra vamos reconociendo, lentamente, que el amor está en nuestros corazones y que aunque nos cuesta mucho trabajo reconocerlo, prestamos buenos servicios a los demás, y damos mucho amor a otros, especialmente a hijos y familiares.
En el cielo reconoceremos plenamente que somos el pueblo, la familia de Jesús. Todos nuestros pecados y culpas serán olvidados para siempre. Jesús reunirá a la familia humana de todos los tiempos.

Sal.”Devuélveme la alegría de la salvación y mantén en mí una alma generosa

2ª- San Pablo: “Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas… y fue escuchado por su piedad… Se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen”
La vida sencilla y obediente de Jesús a los impulsos interiores, puestos por el Padre en su corazón, le fue tan agradable que obtuvo, como cabeza, la salvación eterna de toda la humanidad. En Jesús nos salvamos todos.

El Evangelio nos cuenta que ya desde los tiempos de Jesús, gentes de otras naciones, querían conocerlo. Algunos griegos le dijeron a Felipe: “Quisiéramos ver a Jesús”. El habló para todos de su glorificación, de su muerte y resurrección. “Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto”. El que se ama a si mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.”
Hoy sabemos muy bien que a lo largo de nuestra vida tenemos muchas pequeñas muerte y pequeñas resurrecciones. No siempre podemos seguir nuestros deseos o caprichos. Tenemos que abandonarlos y combinar con los de los otros o por el bien común u otro mayor. Y para resurgir, en la tierra y en el cielo, nos invita a seguir los buenos deseos e inclinaciones que el Padre ha puesto en nuestro corazón. Lo hizo El y consiguió la Resurrección para todos.
Luego añadió: “Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo”
Con la obediencia de Jesús, a lo inscrito en su corazón, empezó la derrota del mal del mundo. El príncipe del mal, del egoísmo y la desobediencia, empezó a ser arrojado de este mundo terreno.

Pidamos al Señor nos conceda reconocer el mandato de amor impreso en nuestros corazones y fuerza para seguirlo. Así participamos de la Nueva Alianza y colaboramos al exterminio del mal. Que así sea.

jueves, 5 de marzo de 2009

Sitios recomendados: Fe adulta y Emisoras latinas

En ocasiones, para crecer en la fe, necesitamos algo que nos cuestione y confronte. Recomendamos dos sitios que desean estimular nuestra reflexión como creyentes.

FE ADULTA, un espacio para ponernos al día.
Este portal aspira a ser una ayuda para el cristiano que quiere actualizarse y renovarse en cuestiones teológicas. Ofrece distintas herramientas para profundizar en la vida espiritual personal y comunitaria.

La teología no es un monolito del que ya se ha dicho todo de una vez y para siempre. Es una ciencia que avanza y que ofrece adelantos en su conocimiento y comprensión. Esta página ayuda a apuntalar nuestra fe en Jesús de Nazaret, intenta aumentar nuestro amor por la humanidad y acrecentar nuestra esperanza en el Padre de todos. Es importante que cada uno, como parte del pueblo de Dios, maduremos nuestras creencias, de tal modo que brinquemos viejos miedos infantiles.

Aquí encontraremos una pluralidad y diversidad de temas que abarcan pensamientos novedosos y retadores. No nos dejarán indiferentes, podremos estar o no de acuerdo, pero lo importante es buscar y preguntar, una y otra vez a Jesús: ¿dónde vives?

Recomendamos visitar: http://www.feadulta.com/
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EMISORAS LATINAS, en la línea de Un tal Jesús.
Este portal es una iniciativa ciudadana sin fines de lucro, gestionada por un grupo de mujeres y de hombres que creen en el mensaje de Jesús de Nazaret. Quienes comandan son los hermanos López Vigil, conocidos por su anterior propuesta radiofónica UN TAL JESÚS. Esta producción, primero en casetes, luego en libro y ahora en Internet (www.untaljesus.net) despertó entusiasmo y rechazo, fue ampliamente conocida y también censurada. Son ya varias generaciones de cristianos y cristianas que han repensado su fe a la luz del Moreno de Nazaret.

María López Vigil es periodista y escritora de literatura testimonial y literatura infantil, actualmente vive en Managua, Nicaragua. José Ignacio López Vigil es comunicador y capacitador radiofónico. Fue sacerdote jesuita, estudió teología bíblica. El proyecto que nos presentan, juega con la idea de imaginar que Jesús vuelve por segunda vez a la Tierra. Así que nos encontraremos con más de 100 entrevistas en donde se le preguntan de diversos temas y problemáticas actuales. Algo interesante de este sitio es que, aparte de oír estas cápsulas radiofónicas, también podemos dejar por escrito nuestro disgusto o agrado ante lo escuchado.

Si quieren darse una vuelta por este sitio, aquí está su dirección:

Libranos, Señor de las tentaciones...

Me encontré esta reflexión, me pareció chida, por lo mismo la rolo, saludos! Mayo

Libranos, Señor de las tentaciones...

Libranos, Señor de la tentación de querer llegar a la "meta final" sin hacer el camini; de querer victoria sin la lucha, la felicidad sin la fidelidad diaria, el éxito sin el esfuerzo.

Libranos, Señor de la tentación de querer hacer el caminio con el aplauso y la admiración de los demás; de hacerlo sólo cuando los demás nos ven, nos aplauden, reconocern quiénes somos y qué hacemos, nos felicitan o nos agradecen.

Libranos, Señor de la tentación de hacer el camino amoldado a los demás, de quererlo recorrer "como" la mayoría, de no saber ir contra corriente, obedeciendo, sin sentido crítico, las voces esteriores de moda y propagandas...

Libranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino sin contar con los demás, sin mirarles, sin echarles una mano cuando vemos que lo necesitan.

Libranos, Señor de la tentación de tomar atajos, de dar un todeo cuando en el camino nos encontramos con el hermano herido, desnudo, abandonado.

Libranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino cargado de cosas y más cosas, incapaces de andar "ligeros de equipaje", o viviendo de las apariencias.

Libranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino a costa de los demás, dominándoles.

Libranos, Señor de la tentación de la supericialidad, como quien todo lo ve negro, sin esperanza, sin horizontes, sin futuro; la del que se hunde tras la derrota.

Libranos, Señor de la tentación de abandonar cuando surgen las dificultades, de dar marcha atrás cuando las cosas no salen según nuestros cálculos, de retroceder al punto de partida por miedo o por añoranza de tiempos pasados...

“Este es mi Hijo amado; escúchenlo” Mc.9,2-10

“De la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”
Mc.9,2-10
8 marzo 09
Max Verduzco S.I.

Las lecturas hablan de diversas maneras de responder a los mandatos del Señor.

1ª- Nos muestra la obediencia de Abraham ante la petición del Señor que le ofreciera a su hijo Isaac. Las interpretaciones actuales de este difícil pasaje señalan dos aspectos: La primera, mostrar de una manera gráfica, que al Dios se Israel no le agradan los sacrificios humanos. Otros pueblos lo tuvieron. El de Israel no. La segunda: tener tanta confianza en Dios, en Dios bueno y fiel a sus promesas, que se está dispuesto a hacer lo que El pida.
Abraham fue ampliamente recompensado: “Por no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia… En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras.
Acciones buenas tienen repercusiones cósmicas. Se ayuda a uno y a la humanidad.

Sal. Siempre confiaré en el Señor

2ª- “Si Dios mismo es quién nos perdona, quién será el que los condene. ¿Acaso Jesucristo que murió, resucitó y está a la dercha de Dios para interceder por nosotros?” La salvación y el perdón de Dios es para toda la humanidad. Ante el Padre Celestial, nadie nos acusa; al contrario intercede por todos sus hermanos los seres humanos.

El Evangelio nos relata, en lenguaje humano, la experiencia de cielo que tuvieron en lo alto del monte Pedro, Santiago y Juan” Se transfiguró en su presencia: “Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra” Lo alto del monte y la nube que lo cubrió hablan de una manifestación especial de Dios. La voz fue explícita: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”
El camino que el Señor les revela a los discípulos, para toda la humanidad, se apoya en la Ley y los Profetas, representados por Elías y Moisés pero tiene las especificaciones propias que Jesús nos enseña con su Vida y su Palabra.
El nuevo camino de Dios, para toda la humanidad, se llama Jesús.
No sólo obtuvo las mismas gracias y bendiciones que Abraham: “En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste mis palabras” Sino que su bendición llega a toda la humanidad, desde el primer ser humano hasta el último que exista. Por eso está a la derecha de Dios para interceder por nosotros.

Pidamos al Señor, en esta Cuaresma, que nos conceda entender y obedecer sus enseñanzas. Que en estos días saquemos un poco de tiempo para leer los Evangelios y escuchar lo que nos dice. “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” Que asì sea.

lunes, 2 de marzo de 2009

LA CALIDAD ACADÉMICA COMO PERTINENCIA SOCIAL - David Fernández Dávalos, SJ

LA CALIDAD ACADÉMICA COMO PERTINENCIA SOCIAL
P. David Fernández Dávalos, SJ.



Introducción

Una universidad jesuita es siempre una universidad histórica, esto es, conformada en su identidad y sus funciones según las exigencias de la concreta realidad en la que se inserta. No existe un modelo único de universidad jesuita, ni los modelos que existen lo son para siempre. La calidad e idoneidad de una institución universitaria de la Compañía de Jesús se mide, consecuentemente, en relación con la respuesta que da a las necesidades históricas del entorno en cada tiempo y lugar, es decir, por un criterio esencialmente político de pertinencia social.

En este sentido, la universidad jesuita se desmarca de las concepciones que el mercado universitario ha puesto en boga en relación con la calidad académica y con la función social de la universidad. La universidad ignaciana tiene la experiencia histórica de la realidad que la rodea y experimenta la exigencia ética de trabajar para transformarla. En nuestro país, esa realidad la hemos experimentado como injusta e irracional, y la exigencia ética la vivimos como el impulso a trabajar a favor de aquellos cambios que propicien una realidad más justa, libre, solidaria y racional. Esto lo queremos hacer universitariamente, y con espíritu cristiano.

La universidad jesuita pretende cambiar la sociedad y es el cambio social el que configura su modo de ser universidad. Esto supone, en términos de Ignacio Ellacuría, una historización de la actividad universitaria, lo que no significa abandonar lo universitario a favor de lo estrictamente político, sino procurar una mejor orientación de lo que es rigurosamente universitario. A la universidad jesuita no le interesa el saber por el saber, ni siquiera formar profesionales por formarlos, sino cultivar la realidad local, regional y nacional, y la formación de aquellos que puedan contribuir a hacer de esa realidad una realidad más humana y equitativa.

Desde la experiencia de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de El Salvador, mirando los retos particulares que nos propone la situación latinoamericana en general, y mexicana en particular, proponemos para su discusión esta serie de reflexiones sobre la necesaria correspondencia entre la calidad académica y la pertinencia social, elemento constitutivo de toda universidad cristiano ignaciana.



1. La calidad académica y la pertinencia social.

Una universidad jesuita será mejor universidad en la medida en que entienda mejor la realidad en la que se inserta y contribuya a transformarla con mayor eficacia. Una universidad de la Compañía será de mayor calidad en la medida en que forme a los profesionales que la sociedad necesita para edificar y animar una sociedad más humana, más solidaria. La calidad académica de una institución ignaciana será mayor en tanto sus conocimientos y saberes surjan de la realidad social a la que se debe y respondan de manera más adecuada a las necesidades que esa realidad le plantea. Una universidad nuestra será excelente académicamente cuando su docencia, su investigación y su vinculación social sean pertinentes socialmente.

La calidad académica suele ser confundida por el mercado y por los mismos alumnos con la exigencia académica sobre los estudiantes (entre más agobio, mayor calidad) o, incluso, con el costo de las colegiaturas (mientras más caro, mejor). Sin dejar de reconocer que la exigencia y la relación costo-beneficio tienen un papel en la valoración de la calidad de una institución educativa, para nosotros, en cambio, calidad académica es, principalmente, pertinencia social: transmitir, construir, gestionar, conocimientos que tengan que ver con la concreta realidad socio-profesional de las carreras, con la particular realidad sociopolítica del país, y con el proyecto futuro de nuestros pueblos. Una universidad de calidad es, pues, aquella que es pertinente para el entorno, para su contexto concreto, desde un saber riguroso, avanzado y flexible.

Por pertinencia social de la universidad entendemos entonces el hecho y la necesidad de estar conformada de algún modo por lo que son la realidad y las necesidades sociales en las que se inserta la institución y la necesidad de conformar en alguna medida esa realidad social. La pertinencia social compete primariamente a la universidad como tal y en segundo grado, a sus unidades estructurales.

De esta manera, la respuesta a las necesidades de la sociedad –la pertinencia del saber universitario- ha de tener la prioridad en la planeación institucional y el máximo rango en la operación cotidiana de la institución. Se trata, en síntesis, de poner a la universidad como totalidad, aunque a través de sus partes, al servicio de la trasformación social, en beneficio de los pobres y los excluidos, que son la mayoría.



2. La necesidad de historizar a la universidad.

Partimos del hecho macizo de que las universidades en cualquier situación son elementos activos y pasivos de la estructura social. No son entes separados. En nuestros países, la realidad es que generalmente son, más que instrumentos del saber, instrumentos de la dominación.

No hay neutralidad universitaria. La metáfora de la universidad como “torre de marfil”, aunque sea una metáfora crítica, es, en el fondo, ideológica, es decir, falsa. La pretensión de neutralidad científica o profesionalizante que niega la realidad sistémica de la universidad con el todo social oculta, en realidad, su funcionamiento como instrumento politizado al servicio de la estructura dominante. Quienes pretenden que la universidad sea una institución neutral postulan que la universidad debe dedicarse, dicen, a ser universidad; lo cual supone en realidad anular la dimensión crítica de ésta, en beneficio de las fuerzas que conducen dominantemente la totalidad de lo social.

Por esto, es necesario más bien asumir la dimensión política inevitable de la universidad, pero desde el polo contrario al de la dominación, desde la voluntad de transformar la sociedad para hacerla más justa y equitativa. Repolitizar la universidad desde quienes padecen la realidad, sería la divisa.

En esta repolitización, es claro que el carácter universitario debe determinar la forma de acción política de la universidad (una universidad es una universidad, no un partido político ni una ONG), mientras que lo político debe determinar la forma de cumplir con lo universitario. Dicho de otro modo, lo prioritario a la hora de orientar el qué hacer debería venir de las exigencias de la realidad, mientras que la prioridad a la hora de orientar el modo de hacerlo vendría de las exigencias de lo académico.

El saber y el saber acomodado a una determinada situación social es una necesidad de la sociedad y de su trasformación hacia la justicia. Pero un saber y un saber hacer que no respondan a lo que aquí y ahora es una determinada sociedad en su conjunto, sobre todo cuando esa sociedad sufre deficiencias fundamentales, no es un saber universitario. No lo es porque no tiene referencia concreta a la sociedad en que se da la universidad, por más que pudiera considerarse como teóricamente académico.

Adicionalmente, desde el punto de vista epistemológico, un saber sin referencia a la praxis carece de comprobación interdisciplinar, que es uno de los requisitos para que un saber sea universitario; más aún, como dice Ellacuría en un ensayo sobre Universidad y Política: los saberes verdaderamente reales, esto es, los saberes que surgen de la realidad y van a la realidad, incluso los que se estiman como muy teóricos, no tienen radicalidad y fecundidad suficiente si no tienen como matriz fundamental la realidad circundante, que en su carácter de circundante ofrece el máximo de realismo fecundo. Esto no excluye que se reconozcan formas de saber universitario muy distintas entre sí, de modo que su vinculación a la realidad sea también muy diversa; la diversidad de contenido y método hacen que ocupen un lugar y una posición distinta en la totalidad del saber universitario. Lo que debe responder a la realidad social es formalmente la totalidad multidisciplinar de la universidad, aunque también algunas de las partes de esa totalidad; pero aun las formas menos inmediatistas de saber, se han de poner al servicio de esa incidencia sobre la realidad social de un modo tal vez indirecto pero esencial.

En una sociedad como la nuestra, en la que las necesidades sociales son enormes, en la que la realidad social se presenta como un desorden establecido (factor teórico) y como injusticia institucional (factor ético), la obligación teórica y ética de responder con pertinencia a lo social se convierte en obligación teórica y ética de incidir en lo político, por supuesto, de manera universitaria.

Consecuentemente, una necesidad de nuestra misión fe-justicia es tener universidades que reúnan a dialogar a quienes son más capaces de saber, y hacer que estos se dediquen realmente a saber, y a saber lo que se debe y se necesita.

Veamos ahora cada una de las funciones sustantivas de la universidad desde esta óptica.



3. La docencia

Es la base material de la actividad de nuestras universidades. Sin alumnos no habría universidad, aunque los alumnos no son el sentido último o la razón formal de una institución universitaria de la Compañía de Jesús. La docencia es el elemento más necesario, pero no el más valioso, aunque sea también principio de valor.

Para que la docencia sea valiosa se requiere que ésta se guíe desde el objetivo de ser también pertinente socialmente. Es decir, que transmita y cree los saberes necesarios para la atención de las necesidades sociales, en función de la evolución y la transformación de la sociedad. Supone una permanente tensión entre lo que reclaman los alumnos y lo que reclama la sociedad y su transformación. Los alumnos, por ejemplo, querrían en su mayoría instalarse y lucrar en una sociedad que estimamos injusta, mientras que una universidad pertinente pretendería cambiar esa sociedad. Si se anula esta tensión correríamos el peligro de poner a la universidad al servicio de una praxis social equivocada –el mantenimiento y profundización de la injusticia-, o bien a perder nuestra base material de existencia al sacrificar las necesidades de los alumnos.

De esta manera, hacer de la docencia una docencia socialmente pertinente tendría que ser un principio central de la reforma académica permanente de la universidad. Es verdad que en los hechos es la docencia la que dirige la marcha de la universidad. Pero con un enfoque meramente profesionalizante, es decir, centrado sólo en las necesidades del alumno y sin responder a las necesidades de la sociedad, tendríamos una mala docencia tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista ético. Desde el punto de vista ético porque los profesionales servirían solamente para fortalecer el estado injusto de cosas, y desde el punto de vista técnico, porque sin la pertinencia social, la docencia se vuelve inoperante, irrelevante, repetitiva, vieja y, en el mejor de los casos, abstracta. La buena docencia depende de la buena orientación universitaria, de su pertinencia social.

Es ya comúnmente aceptado el aserto centroamericano de que desde una universidad jesuita lo que se debe enseñar y lo que se debe aprender es la gran asignatura de la realidad histórica del país y la región. Pero, entre otras cosas, esto quiere decir que cada materia que se imparta ha de ser configurada conforme a las demandas de la realidad local y nacional, que ha de ser como el fundamento y lugar de aplicación de cualquier materia; la realidad concreta no sólo configura cada una de las materias, sino que las unifica y les da su auténtico carácter transdisciplinario.

La docencia pertinente debe crear profesionales nuevos o renovados. Éstos lo serán si toda su carrera se constituye como nueva por el manejo novedoso que hace de su instrumental, orientado a lo que en realidad necesita el país y la región. El problema de la docencia es el de su comprensión desde la realidad y para un cambio profundo de esa realidad: así, el profesor ha de dominar de tal modo la propia profesión que la pueda poner en relación directa con la estructura social y con la marcha del proceso histórico.

La docencia es también principio de valor, se decía arriba. Esto quiere decir que genera unos valores que sólo se dan mediante la dinámica de la docencia. La UCA los enumeraba como sigue:

•Es estímulo a la preparación académica.

•Es uno de los controles de la capacidad, dedicación, enfoque y compromiso del docente y de su producción académica.

•Ayuda a la creación de un estilo mental crítico y dispuesto a dar razón de lo que afirma.

•Supone un contacto con la pluralidad de personas y pensamientos, lo que enriquece a los académicos universitarios.

•Garantiza la existencia de una pluralidad de profesionales y académicos, así como de un conjunto de métodos y conocimientos diversos.

•Puede formar profesionales honestos para la transformación social.

Conviene aclarar, por último, que la necesidad de que sean pertinentes socialmente no anula la especificidad y el dinamismo propio de cada una de las disciplinas, antes bien, exige esa especificidad y ese dinamismo para que sean cabalmente universitarias.

4. La investigación

Es evidente que sólo una investigación seria, con una dedicación sólida, es necesaria no sólo para que la docencia sea la requerida sino para que toda la universidad se oriente de manera pertinente a incidir en la sociedad que la rodea. Pero, al mismo tiempo, es esta necesidad de pertinencia la que ha de constituirse en la medida y el control de esa investigación, esto es, lo que la investigación signifique para la sociedad.

La necesidad de pertinencia social es la que se convierte en rectora de la investigación, pero, al mismo tiempo, sólo con la investigación se llega a saber críticamente lo que la universidad debe realizar en su atención a las necesidades sociales y para el cambio racional de la realidad.

Es inequívoco: en la investigación está la raíz de la historicidad del quehacer universitario. Desde la investigación la universidad conocerá dónde está la realidad social, qué es lo que esa realidad necesita y cuáles son los medios para resolver esas necesidades. La investigación, entonces, debe ser histórica, política, orientada a la transformación. Esto no por reducir todo a lo político e histórico, sino porque lo político e histórico nos llevan a la comprensión y el encuadramiento exactos de lo que es lo económico, lo técnico, lo cultural, lo científico.

La investigación en una universidad de la Compañía de Jesús ha de entenderse desde un principio como una totalidad con diversas partes y funciones, ordenadas las unas a las otras, cuyo producto total y final ha de ser eficaz para incidir en la realidad social en la dirección deseada.

Así, el objetivo central de una investigación pertinente es llegar a identificar e interpretar los puntos clave de la situación social en orden a intervenir universitariamente en ellos en la dirección del cambio deseado. Esclarecer científicamente una situación dada y sus causas, y construir alternativas teóricas y prácticas a esa situación, es el contenido concreto de la intervención universitaria.

La experiencia latinoamericana dicta que en el terreno de la investigación suele darse una tensión entre lo coyunturalmente urgente y lo estructuralmente necesario. Si bien esta tensión puede generar variaciones y desajustes, es claro que la universidad debe priorizar a largo plazo la investigación que atienda a las necesidades estructurales de la realidad por encima de los requerimientos coyunturales, por rentables que sean.

Finalmente, la investigación debe llevar a un producto eficaz, es decir, útil para la acción social transformadora. Por esto es necesario determinar las orientaciones, principios y prioridades que la rijan, y no dejarla al gusto, conveniencia o facilidad de cada investigador. Ultimadamente, se trata de construir la investigación institucional de la universidad, más que desarrollar la investigación personal de sus miembros.


5. La vinculación

Esta función universitaria tiene la misión central de ayudar a cumplir la obligación histórica de pertinencia social. Mediante ella se busca la incidencia inmediata y real del quehacer universitario en la sociedad. Por vinculación debe entenderse, entonces, la acción directa de la universidad sobre la estructura social y su relación con otros agentes sociales transformadores.

En definitiva, la función de vinculación trata acerca del cómo poner a la universidad fuera de sí misma, en la realidad concreta, y acerca de cómo traer la realidad dentro de la universidad. Por ello exige una inserción universitaria en la realidad social, y una articulación con aquellas fuerzas que empujan el cambio social deseado. No debiera, entonces, entenderse meramente como llevar la universidad a grupos humanos fuera del recinto universitario, ni siquiera a grupos que normalmente no accederían a ella. Se trata, ultimadamente, de hacer de la universidad un actor social que incida en el cambio de la realidad en la que se inserta.

Adicionalmente, la vinculación permite experimentar modelos novedosos de producción, intercambio, divulgación, organización y relación entre colectivos sociales que validen el conocimiento interdisciplinario de la universidad. Genera, también, mecanismos experienciales por los que la realidad de los pobres y excluidos se hace presente en el quehacer universitario, al mismo tiempo que realiza un esfuerzo racional para descubrir las conexiones esenciales y las leyes fundamentales que rigen el acontecer popular.


6. Los indicadores de calidad como condición de posibilidad

Una vez expuesto el marco global mediante el cual ha de valorarse la calidad académica de una institución universitaria, conviene decir ahora que la calidad académica que se pretende, supone que la institución funciona adecuadamente, en torno a expectativas, exigencias y estándares elevados. Esto quiere decir que, desde esta perspectiva, lo que se suele enumerar como indicadores de calidad académica son, en realidad, condiciones de posibilidad para que la calidad académica fundamental, entendida como pertinencia social, pueda verificarse. Esto no quita importancia a cada uno de esos indicadores; por el contrario, les dota de consistencia y de relevancia. Enuncio algunos de ellos, a fin de tenerlos presentes como imprescindibles para que haya pertinencia institucional:

•Los docentes se encuentran calificados académicamente.

•Los profesores asisten a clases con puntualidad.

•Los profesores entregan su programa al inicio del curso.

•El curso se evalúa conforme a lo planteado originalmente.

•Los profesores preparan sus clases y están actualizados. Incorporan en su docencia los resultados de las investigaciones institucionales.

•Los profesores hacen trabajar productivamente a sus alumnos.

•Los alumnos dedican tiempo suficiente al estudio y participan activamente en las sesiones.

•Los docentes salen bien evaluados por sus alumnos y por sus pares.

•Hay experiencias de campo significativas.

•Las experiencias profesionales y de servicio social son relevantes y retadoras.

•Los laboratorios son suficientes y actualizados.

•Los investigadores dedican tiempo a la investigación socialmente pertinente sobre temas relevantes.

•Los responsables de la vinculación están en relación con los movimientos sociales de la región, y problematizan la actividad universitaria con datos y demandas provenientes de la realidad.

•Existen procesos de internacionalización de la universidad.

•Hay intercambios académicos.

•Hay foros, conferencias, congresos y publicaciones, propios de la universidad.

•Los programas académicos se encuentran acreditados por organismos externos a la institución.

•Los egresados evalúan positivamente su paso por la universidad y aplican en su vida profesional los conocimientos y competencias aprendidos.

•La deserción de los alumnos de su carrera es relativamente baja.

•La eficiencia terminal es alta.

•La relación de alumnos por académico de tiempo es elevada.


7. La perspectiva de las mayorías pobres y excluidas

Una última consideración: la sociedad es un conjunto de grupos humanos con intereses divergentes e, incluso, encontrados. En nuestra situación concreta la pertinencia social de la universidad y su repolitización deben ser conducidas por las necesidades objetivas de los grupos sociales mayoritarios, empobrecidos y excluidos del desarrollo. Estas necesidades son deducibles por la propia realidad objetiva de esos conjuntos humanos, pero también son cognoscibles en la voluntad expresa de esas mayorías, manifiesta en las organizaciones y movimientos populares.

Para argumentar la necesidad de orientar la universidad desde las necesidades populares Ellacuría esgrimía tres tipos o niveles de argumentación:

1. La fundamentación teórica se basa en que son las mayorías y su realidad objetiva el lugar adecuado para apreciar la verdad o falsedad de un sistema social determinado.

2. La fundamentación ética que consiste en que se estima como obligación moral básica la de ponerse a favor de los injustamente oprimidos y en contra de los opresores.

3. La fundamentación teológica, desde un punto de vista cristiano, consiste en que el cristianismo considera a los pobres y a los excluidos como lugar privilegiado para reconocer y realizar la salvación.

Configurar la acción universitaria desde los intereses de los grupos sociales mayoritarios implica muchas cosas a todos los niveles de la vida universitaria. Yendo de lo más externo a lo más central, podríamos mencionar:

•Un estilo austero en el campus y en las actividades institucionales.

•Maximización de la eficacia en el uso de los recursos humanos y materiales.

•Proyección de una imagen externa congruente con esta opción.

•Selección adecuada de personal, conforme a un perfil de afinidad.

•Realización del trabajo universitario con pasión y entrega.

•Enfoque de la docencia hacia la preparación de profesionales conscientes y de agentes de transformación social.

•Enfoque de la investigación hacia la realidad local, regional y nacional, para buscar lo que más ayude para una vida digna de la gente.

•Liberación de recursos humanos y materiales para entrar en contacto con las realidades populares.

•Establecer canales para que los pobres y excluidos se hagan presentes en la universidad y para que la universidad se haga presente entre los pobres y excluidos.

•Poner signos del compromiso real de la universidad con las mayorías populares.


Conclusión

La politización adecuada de la universidad y su excelencia académica en lugar de excluirse se potencian mutuamente. Esta potenciación puede hacerse desde el concepto de pertinencia social del saber universitario. De ello puede surgir tanto una mejor universidad como una mejor política para nuestros países.

*Texto elaborado sobre las ideas y la experiencia universitaria de Ignacio Ellacuría.

lunes, 23 de febrero de 2009

OSCAR 2009 - MIRAR A LOS OTROS - Luis García Orso

OSCAR 2009: MIRAR A LOS OTROS
Luis García Orso, SJ.

Las películas seleccionadas para los premios Oscar del año pasado 2008 nos reflejaban crudamente una sociedad donde imperan la violencia y el poder económico, el crimen y la corrupción, la degradación moral. O mejor decir una sociedad sin moral. Una nación “sin lugar para los débiles”, para los pobres, para lo que buscan justicia, honestidad, verdad…Así vimos Petróleo sangriento, Sin lugar para los débiles, En el valle de las sombras, entre otras.

Ahora, para los Oscar 2009, los realizadores cinematográficos han querido reaccionar y proponer algunas esperanzas, quizás animados por el final de la era Bush. El camino cinematográfico que han tomado es contar historias y ficciones que nos hagan mirar a los otros, a los diferentes, a los que no están tan cerca de mí. Y así las principales películas de este año tienen como protagonistas a niños huérfanos, niños de la calle, ancianos, inmigrantes, homosexuales, madres de raza negra, trabajadores de limpieza…

Viene aquí la presentación de algunas de estás historias.

Quisiera ser millonario (Slumdog Millionaire) de Danny Boyle, apela a lo más noble, más bello y más poderoso que hay en el corazón de todo ser humano, y que está ahí como fuerza espiritual y como esperanza, más allá de toda condición económica y social, pero que brilla esplendorosa en los pobres; como en Jamal, el joven protagonista, nacido y criado en las calles miserables de Mumbai, y quien junto con su hermano y una niña salen adelante en la vida con el tesón cariñoso de “tres mosqueteros”. La historia que vamos conociendo a través de un concurso televisivo atrapa y anima todo los corazones, y lo hace a través de un jovencito que se sabe las respuestas que la vida le ha dado y que cree y espera por encima de todo, porque hay algo que vale más que veinte millones de rupias. Slumdog Millionaire tiene la chispa y la magia del cine, como pocas películas, y ocho premios Oscar.

El curioso caso de Benjamín Button es una fábula que tiene como protagonista a un niño que nace con el aspecto de un anciano y que muere siendo físicamente un bebé. Un cuento corto de F. Scott Fitzgerald se convierte por David Fincher en una fábula cinematográfica, llena de pequeños detalles y de símbolos, que como toda fábula tiene mucho de lirismo, fantasía, imaginación, mensaje, y que invita a la aceptación de las diferencias de edad, raza, color, religión, identidad; a la aceptación de la vida y su destino, de la salud y la muerte, para hallar fe, amor, esperanza -sin un connotado estrictamente religioso-; para simplemente experimentar que amamos la vida y aprendimos a ser lo que quisimos y pudimos ser.

La duda (Doubt). Son cuatro miradas diferentes a un incidente no comprobado, a una duda: ¿qué pasó en la sacristía entre el Padre Flynn y su pequeño amigo monaguillo? Cuatro miradas que pueden ser la de cualquiera de nosotros: juicio o comprensión, intransigencia o verdad, reclamo o bondad, firmeza o debilidad…La historia en Duda –con un inteligente libreto más teatral que cinematográfico- invita a abrir nuestra mirada y nuestras convicciones a lo que hay en la otra persona: quizás el otro pudiera desarmarnos y nos permitiera alcanzar una verdad que está más allá de una certeza y más cerca del amor y de la condición humana.

Milk. La sólida historia escrita por Dustin Lance Black, resultado de una investigación documental con innumerables testimonios de los protagonistas reales, recorre la lucha y ascensión política y social de Harvey Milk, desde que llegó al barrio Castro de San Francisco en 1972, hasta su asesinato en 1978, siendo concejal de la ciudad y luchador por los derechos de las personas homosexuales. El gran trabajo de Gus van Sant en la narrativa y de la fotografía y la dirección artística consigue una notable recreación de la época, además de un bello testimonio sobre la esperanza como principal arma de lucha contra el rechazo que provoca en algunos la orientación homosexual. En estos tiempos que escuchamos repetidamente decir que no hay más utopías, que todo es cinismo y falta de compromiso, Milk se presenta como una película de un inusitado compromiso político y social, sobre una persona real que decidió cambiar el mundo, empezando por ella misma, y se entregó a defender la dignidad humana de los rechazados sociales.

Sólo un sueño (Revolutionary Road), resulta la otra cara de la propuesta para una mirada esperanzada. Historia desoladora en que unos personajes ahogados en la rutina y en su egoísmo no saben amar ni evolucionar hacia ninguna parte, como reflejo y protagonistas de una sociedad occidental enferma que seduce con el engaño de la comodidad y la prosperidad, de la apariencia y las falsas ilusiones, y deja en la infelicidad y en un “vacío desesperanzado”.
WALL-E es la última y extraordinaria propuesta de Pixar y Disney. Tras 700 solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido: limpiar el planeta tierra de tanta basura y contaminación en que ha quedado, WALL-E descubre una nueva misión en su vida cuando se encuentra con un pulcro y perfecto robot explorador femenino llamado Eve (“evaluadora de vida extraterrestre”) y siente la chispa del amor. El viaje de ambos a través de la galaxia –incluidas música y coreografías de Hello, Dolly!- desencadena una de las más emocionantes e imaginativas comedias de aventuras llevadas al cine. Junto a Wall-E, en este fantástico viaje hay un comiquísimo y simbólico elenco de personajes, como una cucaracha mascota y un heroico equipo de robots destartalados, y unos humanos convertidos en mascotas que engordan con comida chatarra mirando la televisión. Estamos ante una fábula conmovedora, tierna y extraordinariamente visual, en que Wall-E es como el Chaplin del siglo XXI.
Entre les murs (La clase), del francés de Laurent Cantet, construye una simbiosis entre la realidad y la ficción en el marco de una escuela de un barrio francés de inmigrantes. Fiel a los principios de la propuesta, el director jamás abandona el perímetro marcado por los muros del centro, en el que seremos testigos privilegiados de los conflictos y discusiones de un profesor entregado a su labor como pedagogo y tutor, y unos alumnos que deben acarrear con los estigmas de su entorno social. Juntos han de aprender –no tan fácilmente- los valores de la democracia, la convivencia, el respeto y los requisitos éticos de todo proceso educativo.

El cine nos ayuda a mirar a personas que se atreven a salir de sí para ir hacia los otros y amarlos, defenderlos, acompañarlos…Estas historias nos siguen recordando que sólo nos encontramos a nosotros mismos rompiendo nuestra cerrazón y abriéndonos a la realidad de los demás, a lo que alguien diferente nos regala; a la gratuidad de la confianza y de la interpelación de otro ser humano, otra cultura, otras esperanzas; a la mirada a los otros que se convierte en solidaridad.

Luis García Orso
México, Febrero 23 de 2009

domingo, 22 de febrero de 2009

Jesuitas de Chile : Historia Activa

Los jesuitas chilenos ha editado una página llamada Historia Activa: aquí encontramos entrevistas y testimonios vocacionales muy interesantes,
de compañeros nuestros de aquella Provincia. Muy recomendable.

http://historiactiva.jesuitas.cl/

miércoles, 18 de febrero de 2009

levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa - Max Verduzco

“Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra
para perdonar los pecados –le dijo al paralítico-
“Yo te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa” Mc.2,1-12
Max Verduzco S.I.

22 febrero 09

Las lecturas hablan de los caminos nuevos del Señor para la humanidad

1ª- Isaías nos invita a estar atentos ante las novedades de Dios: “No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida”.
Para cada época y en corazón de los seres humanos el Señor el Señor va descubriendo las formas nuevas de agradar a Dios y de servir al prójimo.

Sal. “Dichoso el que cuida de los pobres; en los momentos difíciles lo librará el Señor. El lo cuidará y defenderá su vida…El Señor lo confortará en el lecho del dolor y calmará sus sufrimientos”. En la atención a los pobres y necesitados, en tan gran número en estas épocas de guerra y crisis financiera, hay un nuevo y antiguo camino para agradar al Señor y ayudar a los hermanos que sufren.

2ª- San Pablo reafirma la voluntad salvífica de Jesucristo: “No fue primero “si” y luego “no”. Todo él es un “SI”…Nos ha marcado con su sello y ha puesto el Espíritu Santo en nuestro corazón, como garantía de lo que vamos a recibir”.
Jesús ya puso en nuestro corazón al Espíritu Santo. Una de las habilidades que necesitamos desarrollar los cristianos es oír nuestro corazón, y captar las constantes inspiraciones que el Espíritu Santo nos hace. Son los nuevos caminos y las nuevas soluciones que nos propone para los constantes y variados problemas a los que nos enfrentamos cada día. Lo nuevo nos lo ofrece el Espíritu Santo.

El Evangelio relata la aventura del paralítico que, en Cafarnaún, fue bajado a través del techo por los cuatro intrépidos que los llevaban en camilla.
Novedoso fue el método que usaron para ponerlo ante Jesús y novedosa fue su respuesta: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados” Sin necesidad de ritos o sacrificios el Señor perdona los pecados. Lo hace sólo por su bondad, por su fidelidad-amor y por la fe de aquellos hombres que se atrevieron a hacerlo.
La pregunta de los escribas es correcta: “¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios” Aunque ni el milagro de Jesús los convenció que Dios estaba en medio de ellos.
Jesús continuó: “Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, -le dijo al paralítico-: “Yo te lo mando: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.
El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos… Decían: “Nunca habíamos visto cosa igual”

La novedad de Jesús está en que desde la tierra nos perdona todos los pecados. Pidamos al Señor que estemos abiertos a las novedades que Jesús nos presenta y no nos mantengamos aferrados, solamente, a fórmulas del pasado. En casi todo avanzamos pero en religión aparece la tendencia de ver atrás. Que el Señor nos conceda seguir las inspiraciones de su Espíritu. Que así sea.

martes, 17 de febrero de 2009

SÓLO UN SUEÑO (REVOLUTIONARY ROAD) - Luis García Orso

SÓLO UN SUEÑO (REVOLUTIONARY ROAD)
Luis García Orso, SJ.

Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, la pareja idealizada en la empalagosa y triunfadora historia del Titanic, vuelve a reunirse once años después, ahora como un matrimonio común norteamericano de 1955 que pretende sacar adelante sus ilusiones y sólo conseguirá exhibir sus más amargas frustraciones y sucumbir a otro naufragio, mucho más real y sin la menor pizca de sensiblería tramposa. Sólo la frustración que genera una sociedad –y así toda familia y toda persona- cimentada en el egoísmo y en la vacuidad.

Frank y April Wheeler se conocen poco después de terminar la Segunda Guerra Mundial, se enamoran a la primera y se casan. Guapos, jóvenes y con talento, se diría que componen el matrimonio perfecto. Son “gente especial” que se merece una linda casa en Revolutionary Road, no en las calles para gente común y corriente. Pero diez años después, y a pesar de que tienen dos hijos preciosos, su relación se ha anquilosado y se viene abajo. Ella ha conocido el fracaso de su carrera como actriz, y quedarse sólo en el hogar no la hace feliz; él tiene un trabajo gris de oficinista en el piso 15, con pocos alicientes, imitación de los veinte años que su padre trabajó en la misma empresa. La felicidad perfecta que debía embargarles, el sueño americano hecho realidad, no existe. ¿Qué hacer para volver a ilusionarse?

Adaptación de la novela homónima de Richard Yates, profesor universitario y guionista en Hollywood en los 60, Revolutionary Road se trató de filmar en aquella época y nadie se atrevió a producirla: les confrontaba y agredía demasiado. Se trata de una crónica del desamor, una mirada tremendamente pesimista a los Estados Unidos de los años 50 – pero que sigue tan actual- donde tras la fachada de una vida ideal se ocultan la frustración, el vacío, la desesperación paralizante. Historia desoladora en que unos personajes ahogados en la rutina y en su egoísmo no saben amar ni evolucionar hacia ninguna parte, como reflejo y protagonistas de una sociedad occidental enferma, que seduce con el engaño de la comodidad y la prosperidad, y deja en la infelicidad y en un “vacío desesperanzado”. Paradójicamente, un joven enfermo mental se convierte en el profeta que de pronto aparece para sacar a luz la verdad de lo que se vive.

Sam Mendes toma un guión perfecto y dirige con maestría una tragedia sin dejar espacio a la catarsis y a la complacencia, dejando que los personajes evolucionen desde su realidad y con todas sus amargas consecuencias. La temática nos conecta con la mejor tradición dramática de ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966), Gente como uno (Ordinary People, Robert Redford, 1980), y Belleza Americana (Sam Mendes, 1999). Leonardo DiCaprio y Kate Winslet dan su mejor actuación hasta ahora, y la narrativa luce además con una acertada iluminación de colores pastel deslavados y con la sobria música de Newman.

En el espléndido final de la historia, cuando nuevamente la simbólica mujer vendedora de apariencias dice que ha encontrado al mejor matrimonio de “gente bonita y triunfadora” para habitar una casa en Revolutionary Road, ya sabemos –tristemente- que es tiempo de apagar el sonido y dejar que la mujer siga hablando sola. Al cabo, todo es sólo un sueño… tan amargo como mentiroso.

Luis García Orso
México, Febrero16 de 2009

lunes, 9 de febrero de 2009

DIOS ACOGE A LOS «IMPUROS» - José Antonio Pagola

DIOS ACOGE A LOS «IMPUROS» - José Antonio Pagola
Marcos 1, 29 - 39

15 de febrero de 2009 / 6 Tiempo Ordinario (B)

De forma inesperada, un leproso «se acerca a Jesús». Según la ley, no puede entrar en contacto con nadie. Es un «impuro» y ha de vivir aislado. Tampoco puede entrar en el templo. ¿Cómo va a acoger Dios en su presencia a un ser tan repugnante? Su destino es vivir excluido. Así lo establece la ley.

A pesar de todo, este leproso desesperado se atreve a desafiar todas las normas. Sabe que está obrando mal. Por eso se pone de rodillas. No se arriesga a hablar con Jesús de frente. Desde el suelo, le hace esta súplica: «Si quieres, puedes limpiarme». Sabe que Jesús lo puede curar, pero ¿querrá limpiarlo?, ¿se atreverá a sacarlo de la exclusión a la que está sometido en nombre de Dios?

Sorprende la emoción que le produce a Jesús la cercanía del leproso. No se horroriza ni se echa atrás. Ante la situación de aquel pobre hombre, «se conmueve hasta las entrañas». La ternura lo desborda. ¿Cómo no va a querer limpiarlo él, que sólo vive movido por la compasión de Dios hacia sus hijos e hijas más indefensos y despreciados?

Sin dudarlo, «extiende la mano» hacia aquel hombre y «toca» su piel despreciada por los puros. Sabe que está prohibido por la ley y que, con este gesto, está reafirmando la trasgresión iniciada por el leproso. Sólo lo mueve la compasión: «Quiero: queda limpio».

Esto es lo que quiere el Dios encarnado en Jesús: limpiar el mundo de exclusiones que van contra su compasión de Padre. No es Dios quien excluye, sino nuestras leyes e instituciones. No es Dios quien margina, sino nosotros. En adelante, todos han de tener claro que a nadie se ha de excluir en nombre de Jesús.

Seguirle a él significa no horrorizarnos ante ningún impuro ni impura. No retirar a ningún «excluido» nuestra acogida. Para Jesús, lo primero es la persona que sufre y no la norma. Poner siempre por delante la norma es la mejor manera de ir perdiendo la sensibilidad de Jesús ante los despreciados y rechazados. La mejor manera de vivir sin compasión.

En pocos lugares es más reconocible el Espíritu de Jesús que en esas personas que ofrecen apoyo y amistad gratuita a prostitutas indefensas, que acompañan a sidóticos olvidados por todos, que defienden a homosexuales que no pueden vivir dignamente su condición… Ellos nos recuerdan que en el corazón de Dios caben todos.

Extiende tu mano hacia los rechazados. Pásalo

José Antonio Pagola: buenasnoticias@terra.es

sábado, 7 de febrero de 2009

viernes, 6 de febrero de 2009

GreenPeace busca ciberactivistas

¡Actúa ahora!



El ciberactivismo es una de las principales herramientas de participación con las que contamos. Es vital exigir soluciones inmediatas a los responsables de los abusos contra el medio ambiente.

La denuncia masiva por correo electrónico es una herramienta de éxito probada. Alrededor del mundo, Greenpeace ha tenido grandes logros a través de ésta. Junto con Greenpeace, tú también puedes ser parte activa de nuestras propuestas, acciones y denuncias.

Gracias a la participación de miles de personas hemos logrado detener la tala de bosques en muchas regiones del planeta, promover importantes leyes en contra de la contaminación y mantener la prohibición sobre la caza comercial de ballenas, entre otros logros.

¡Inscríbete como ciberactivista aquí !

http://www.greenpeace.org/mexico/participa-como-ciberactivista

jueves, 5 de febrero de 2009

Vamos a los pueblos cercanos para predicar - Max Verduzco S.I.

“Jesùs les dijo: Vamos a los pueblos cercanos para predicar tambièn
allà el Evangelio, pues para eso he venido” Mc1,29-39

8 febrero 09 Max Verduzco S.I.


Las lecturas nos hablan de nuestra corta estancia en la tierra y de la predicación del Evangelio.

1ª- El viejo y reflexivo Job nos recuerda que nuestra vida, nuestra estancia sobre esta tierra es “un soplo”, algo que transcurre muy brevemente y “Mis dìas corren màs aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza”
Parece que tuvo una visiòn de de lo que nos sucede en la actualidad. Nuestros dìas corren ràpidamente entre muchas actividades, planeadas o urgentes. Estamos en un ir y venir incesante, casi sin sentido, y muchos de ellos “se consumen sin esperanza”
Indirectamente nos invita a revisar nuestra actividad y el sentido o esperanza que tenemos en ella.

Sal. “El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas, tiende su mano a los humildes y humilla a los malvados (algo que no vemos seguido)

2ª- San Pablo està contento, satisfecho, de realizar la misiòn que le confiriò el Señor: predicar el Evangelio, la Buena Noticia de Jesús. Lo hace con alegrìa y gratuitamente. Se goza en participar lo que ha descubierto. Comunica a los demàs la nueva visiòn que le fue dada. “Se hace todo a todos, a fin de ganarlos a todos. “Todo lo hace por el Evangelio”… Para anunciar la Buena Nueva que es para toda la humanidad, Jesucristo.
Ojalà, tambièn, nosotros comuniquemos a los demàs la alegrìa y gozo que tenemos al sabernos amados, apreciados y apoyados por Nuestro Señor Jesucristo.

El Evangelio relata los inicios de la vida pùblica de Jesús. Predica en la Sinagoga de su pueblo, cura a la suegra de Pedro y a los enfermos y poseìdos del demonio que le llevaron a la casa.
Tambièn sacaba tiempo para levantarse, ir a un lugar solitario y ponerse a orar.
En medio de todas las actividades, Jesús nunca perdiò el rumbo. Sacaba tiempo para mantenerse en comunicación con Dios su Padre y ante El confrontar y reorientar su vida. Ahì tomo la determinación:
“Vamos a los pueblos cercanos para predicar tambièn allà el Evangelio, pues para eso he venido”
Jesús va ampliando el horizonte de su acciòn. Empezò en su pueblo, luego por los pueblos cercanos, después por toda Galilea y Palestina y finalmente a toda la humanidad. Su mensaje y acciòn salvadora es para todos.

Pidamos al Señor que tengamos la capacidad de detenernos para no seguir como “lanzaderas” de un lado al otro si8n pararnos sino que tengamos la capacidad, como Jesús, de detenernos, sacar ratos, en el dìa o en la noche, para hacer oraciòn. Preguntar al Padre sobre el sentido y orientación de nuestra propia vida. La respuesta que obtengamos serà la Buena Noticia que podremos comunicar espontánea y libremente a los demàs. Les podremos comunicar que Dios Bueno los quiere y se preocupa de ellos. Que asì sea

viernes, 30 de enero de 2009

Video Ordenacion de Jesuitas en México


Resumen de la Ordenación

Al Sacerdocio
Ismael Bárcenas Orozco, SJ. - Mayo -

Al Diaconado:
Cesar Palacios González, S.J.
Fernando Morales, S.J.
Justino Calderón Alcántar, S.J.

Presidió la ceremonia
Mons. Benjamín Castillo Plascencia
Obispo de Tabasco

En la misma eucaristía
profesó sus últimos votos
David García Alcalá, S.J.

Sábado10 de enero de 2009
17:00 horas
Gimnasio-Auditorio
Universidad Iberoamericana
Torreón, Coah.

Video realizado por el dpto de Ciencias de la Comunicacion
de la Ibero de Torreón, Coah. Mexico

miércoles, 14 de enero de 2009

España investigará la matanza de jesuitas en El Salvador en 1989

En España se investigará a 14 militares de El Salvador por la muerte de jesuitas en 1989 EFE - Madrid - 13/01/2009


El alto tribunal español indagará el asesinato en 1989 de seis jesuitas y dos mujeres

Se declara competente la Audiencia Nacional para investigar a 14 militares de El Salvador


■ Rechaza querella contra el ex presidente Alfredo Cristiani por el supuesto delito de encubrimiento . Afp, Dpa y Reuters

Madrid, 13 de enero. La Audiencia Nacional española se declaró hoy competente para investigar a 14 militares salvadoreños por el asesinato de seis jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA) y dos mujeres en El Salvador en 1989, pero rechazó la querella referida al entonces presidente salvadoreño Alfredo Cristiani (1989-1994) por el supuesto delito de encubrimiento en los crímenes, tras una demanda presentada por grupos de derechos humanos en noviembre de 2007.

Organismos de derechos humanos en el país centroamericano saludaron la decisión de la Audiencia Nacional, porque se da “un paso importante” hacia la justicia y en contra de la impunidad.

El 16 de noviembre de 1989, miembros del batallón Atlacatl del ejército salvadoreño asesinaron en San Salvador a los sacerdotes hispano-salvadoreños Ignacio Ellacuría, rector de la UCA; al vicerrector Ignacio Martín Baró y a los religiosos Armando López, Juan Ramón Moreno y Segundo Montes, además del cura salvadoreño Joaquín López y López.

Junto a ellos fueron asesinados la cocinera Elba Julia Ramos y su hija Celina, que tenía 16 años.

Los militares salvadoreños acusados en la querella son los generales Humberto Larios, René Emilio Ponce, Juan Rafael Bustillo, Juan Orlando Cepeda, además de los coroneles Inocente Orlando, Francisco Elena Fuentes.

La denuncia también incluye a los tenientes Carlos Camilo Hernández, José Ricardo Espinoza y Gonzalo Guevara, así como los sargentos Antonio Ramiro Avalos y Tomás Zárpate, el cabo Ángel Pérez y los soldados Oscar Mariano Amaya y José Alberto Sierra.

Por el crimen, que conmovió a la comunidad internacional, fueron juzgados nueve militares, entre ellos el director de la Escuela Militar de San Salvador, el coronel Guillermo Alfredo Benavides, culpado de todos los crímenes y condenado a 30 años de cárcel.

Pero Benavides fue liberado el primero de abril de 1993 tras promulgarse la ley de amnistía que perdonó todas las atrocidades cometidas durante la guerra civil.


España investigará la matanza de jesuitas en El Salvador en 1989
La Audiencia Nacional cita a declarar a los primeros testigos
NATALIA JUNQUERA - EL PAÍS - Madrid - 14/01/2009

La Audiencia Nacional investigará el asesinato de seis jesuitas, (cinco españoles), su ama de llaves y la hija de ésta, en El Salvador en 1989. El juez Eloy Velasco admitió ayer a trámite la querella presentada en noviembre por la Asociación Pro Derechos Humanos de España contra los supuestos autores de la matanza: 14 militares del Ejército salvadoreño y el presidente del país y comandante de las Fuerzas Armadas entonces, Alfredo Cristiani. El juez ve indicios de asesinatos terroristas, aunque desestima la responsabilidad penal de Cristiani porque se le atribuye un delito de encubrimiento, que no tiene persecución universal.

"Mi hermano sabía que iba a morir y quiénes iban a matarlo"

Por el asesinato de los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López ya hubo un juicio en El Salvador, aunque los 14 acusados quedaron libres al aprobarse en 1992 una Ley de Amnistía. El actual presidente del país, Elías Antonio Saca, criticó la decisión de la Audiencia de seguir investigando: "En nada contribuye al desarrollo democrático del país", subrayó.

"Los asesinados eran la conciencia crítica de El Salvador, sumido en la injusticia estructural y el terrorismo de Estado. Fue un crimen de lesa humanidad llevado a cabo por el Ejército y con el apoyo del Gobierno. No podía quedar impune", señaló Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología Ignacio Ellacuría en la Universidad Carlos III.


El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco se ha declarado competente para investigar a 14 miembros del Ejército de El Salvador por su presunta implicación en el asesinato de seis jesuitas y dos de sus empleadas en 1989. En un auto, Velasco ha admitido la querella presentada el pasado 13 de noviembre por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) y el Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA), en la que además de denunciar a estos 14 militares se querellaban contra el ex presidente de El Salvador Alfredo Cristiani, que no será investigado por el magistrado.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional instruirá la causa por delitos de asesinatos terroristas y contra el derecho de gentes. Las dos asociaciones han acudido a la Audiencia por haber sido los hechos denunciados perdonados por el Parlamento salvadoreño, que en 1993 aprobó una ley de amnistía general que ha protegido hasta hoy a todos los que estuvieron supuestamente implicados en la masacre en la Universidad Centroamericana (Uca) de San Salvador.

Entre los jesuitas muertos en la operación militar que llevaron a cabo una treintena de uniformados se encontraban cinco españoles: los religiosos Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Amado López.
La Audiencia estudia una querella por la masacre de los jesuitas en El Salvador

jueves, 8 de enero de 2009

SELECCIÓN DE CINE DEL 2008

SELECCIÓN DE CINE DEL 2008

Una selección de las mejores películas vistas en el año siempre será algo personal donde no todos coincidirán; sin embargo, más allá del éxito en taquilla, cuando uno redescubre las ilimitadas posibilidades del lenguaje cinematográfico y de su narrativa y ve lo que un director logra hacer, y hacerlo además con hondura y belleza para hablarnos de nuestras vidas, no puede uno más que agradecer con placer que el cine siga estando tan vivo.

Puede ser que algunas películas de mi selección de lo mejor del 2008 aún no hayan llegado a la propia ciudad o que uno no las haya advertido al exhibirse y pueda ahora encontrarlas en disco, y eso hace más gustoso poder ofrecerlas ahora.

WALL-E es la última y extraordinaria propuesta de Pixar y Disney. Tras 700 solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido: limpiar el planeta tierra de tanta basura y contaminación en que ha quedado, WALL-E (abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida cuando se encuentra con un pulcro y perfecto robot explorador femenino llamado Eve (“evaluadora de vida extraterrestre”). El viaje de ambos a través de la galaxia –incluidas música y coreografías de Hello, Dolly!- desencadena una de las más emocionantes e imaginativas comedias de aventuras llevadas al cine. Junto a Wall-E, en este fantástico viaje hay un comiquísimo y simbólico elenco de personajes, como una cucaracha mascota y un heroico equipo de robots destartalados, y unos humanos convertidos en mascotas que engordan con comida chatarra frente al televisor. Estamos ante una fábula conmovedora, tierna y extraordinariamente visual, en que Wall-E es como el Chaplin del siglo XXI.

Al filo del cielo (Al otro lado / Auf der Anderen Seit ). El joven director turco-alemán Fatih Akin logra extraordinariamente una honda narración de vidas que se afanan, buscan sentido, pelean, se rebelan, se sacrifican, se arrepienten, y luego parecen quedar tan solas y desamparadas; de seres humanos que siempre van buscando a alguien y no logran encontrarlo, aunque casi se topen con él, al otro lado; de seres que esperan con tristeza la reconciliación de sus vidas, y aprenden con dolor cómo abrirse a ella.

There Will be Blood (Petróleo sangriento), historia épica de ambición y poder en torno a un pobre minero que abandona principios y escrúpulos y se transforma en un magnate petrolero. Micro-historia de toda una nación regida por la codicia, el dinero, el poder, la mentira, y por una religión puritana finalmente guiada por los mismos valores. Espléndida metáfora del nacimiento del capitalismo salvaje en el siglo veinte americano.

Batman, El Caballero de la noche (The Dark Knight), es en un excepcional ejemplo de cine de entretenimiento: eficaz para captarnos, pero de hondo contenido; una demoledora máquina visual extendida a lo largo de dos horas y media épicas que pasan ante nuestros ojos como si sólo fueran unos minutos; una superproducción aplastante y convincente, reflexiva y palomitera, densa y dinámica a partes iguales, dirigida con un brío y un pulso intachables por parte de Christopher Nolan. Las implicaciones morales que acompañan a esa maravillosa y compleja dualidad de los iconos del cómic, tan difíciles de ser trasladadas a imágenes, emergen aquí con fuerza y de manera natural, en un libreto en el que el hombre del disfraz, Batman, es simplemente uno más en la historia, un sujeto trágicamente causante de buena parte del sufrimiento que surge a su alrededor sin que pueda evitarlo, convirtiéndose en lo contrario de lo que pretende ser.

Con un reparto extraordinario de personajes y de actores, los roles de unos y otros pugnan en permanente conflicto, reversos todos ellos de una misma moneda, movidos por impulsos nacidos de polos opuestos inevitablemente atraídos entre sí. Angustia, lucha, venganza, ira, redención, amor y desolación, indivisibles y dominados por la absoluta, pura y morbosamente encantadora locura de un Joker (El Guasón) convertido en la personificación del Mal definitivo, el verdadero protagonista de la historia, el enemigo decisivo e implacable, que tan sólo puede afrontar ese caballero de la noche, que quiere dejar de serlo, que desea ser innecesario, porque es consciente de que también él está condenado al rechazo y a la censura pública. Una historia adulta, pesimista y desolada, no para gustos fáciles, que sabe envolver su apuesta para hacerla atractiva a todos y no renunciar a contar lo que quiere y como quiere hacerlo. Christopher Nolan ofrece una film espectacular y profundo, donde la cantidad de lecturas que ofrece encuentra su centro en la figura del Guasón, que más allá de cualquier adjetivo y clasificación se vuelve una de las representaciones maléficas más puras e inquietantes del cine de los últimos años.
Entre les murs (The Class), notable cuarto largometraje del director francés Laurent Cantet, que retrata con enorme sensibilidad y rigor las experiencias cotidianas, la intimidad y los conflictos que se producen en una escuela pública durante todo un ciclo escolar. El realizador de Recursos humanos, El empleo del tiempo y Bienvenidas al paraíso se basó en hechos reales que François Bégaudeau, profesor de francés en una escuela secundaria, protagonista y coguionista del film, recogió en el libro homónimo.

Cantet escogió personalmente a 25 chicos de 14 y 15 años entre los alumnos del propio colegio retratado y trabajó el guión con otro prestigioso director como Robin Campillo y con el propio Bégaudeau, dejando abierta la puerta para la improvisación con los aportes espontáneos de François y los muchachos. Entre les murs es una película de una fluidez, una riqueza, una gracia, una sinceridad y una credibilidad poco frecuentes a la hora de retratar la vida adolescente.

La película elude por completo los grandes discursos, los golpes de efecto o la mirada tranquilizadora, y se sumerge en los problemas de indisciplina, la violencia latente, los conflictos raciales, las inseguridades y la poca autoestima de muchos adolescentes; las constantes provocaciones y faltas de respeto que sufren muchas veces los maestros; los exabruptos de los propios profesores y los dilemas de las autoridades a la hora de sancionar las faltas. La profundidad e inteligencia con que Cantet describe las contradicciones del sistema educativo no implican que Entre les murs sea un film aburrido ni didáctico. La película tiene humor, diálogos y situaciones punzantes, y observaciones de gran sutileza.
Frozen River (Río helado) (excelente primer trabajo de la norteamericana Courtney Hunt): dos madres solteras, una neoyorkina abandonada por su marido y una indígena Mohawk viuda, ambas con hijos y sin recursos económicos, se acompañan en el cruce de frontera por el río san Lorenzo, entre el estado de Nueva York y Québec, en una lucha por la sobrevivencia y la dignidad, y contra la frustración y la desesperación que ofrece la sociedad.
Ballast: Lance Hammer filmó en locaciones reales del delta del Mississippi, con actores no profesionales, luz natural, cámara en mano, montaje entrecortado, una apuesta por la improvisación en los diálogos y gran sensibilidad, la historia de tres personajes afroamericanos de clase baja: una madre deprimida que se queda sin trabajo, su hijo de 12 años con problemas con la droga y su soledad, y el tío del niño que se salva sin querer de un intento de suicidio. Sobre los tres pesa la muerte prematura del esposo de Marlee y hermano de Lawrence, en un duelo acallado y agobiante, de tres seres humanos que anhelan redención y no se atreven a suplicarla. Como en el título: seres necesitados de ese balasto o peso que les traiga equilibrio y apoyo.
Añado dos películas que los críticos de Estados Unidos consideran lo mejor del 2008, pero que aún no han sido exhibidas entre nosotros. Con eso las anotamos para su estreno y seguro las veremos desfilar por los Oscar: Slumdog Millionarie y Milk. Y finalmente, dos películas mexicanas de notable calidad.
Slumdog Millionaire (del británico Danny Boyle): Jamal, un jovencito huérfano de 18 años, de Mumbai, está a punto de ganar 20 millones de rupias en el concurso televisivo de preguntas y respuestas ¿Quién quiere ser un millonario?. Pero es aprehendido por la policía por sospechar fraude en el concurso, al dudar que un pobre chico de la calle pueda tener tantos conocimientos. Jamal tiene entonces que probar su inocencia y cuánto sabe de la vida.
Milk (de Gus Van Sant) cuenta los aciagos últimos años de Havey Milk, luchador social y defensor de los derechos humanos de homosexuales y marginados, que lo llevan hasta ocupar un cargo público oficial en el ayuntamiento de San Francisco y ser asesinado junto con el Alcalde en 1978 por otro concejal.
Lake Tahoe relata la experiencia de choque de un carro y de choque interior de un adolescente solitario y taciturno, y su impotencia al tratar de arreglar el golpe sufrido. Con un lenguaje cinematográfico sutil, inteligente, gracioso, emocional e interior, que suscita en el espectador emociones tan complejas como las que vive el propio protagonista, el mexicano Fernando Eimbcke demuestra, una vez más, después de Temporada de patos, un talento indiscutible.
Desierto adentro, de Rodrigo Plá, narra el camino de expiación de Elías, un viudo con varios hijos pequeños, que se interna a vivir en el desierto potosino para construirle una capilla a Dios y obtener así su perdón. La película transmite la experiencia religiosa de un hombre atormentado en sus creencias, con una hondura, una belleza visual y una narrativa interior pocas veces vista en el cine mexicano.

Luis García Orso, S.J.
Enero 3 de 2009