“Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron” Mt 25,31-46
2 noviembre 08 Max Verduzco S.I.
Las lecturas nos hablan de los difuntos y de la vida después de la muerte.
1ª- “Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia, una destrucción. Pero los justos están en paz.”
de mis hermanos, conmigo lo hicieron” Mt 25,31-46
2 noviembre 08 Max Verduzco S.I.
Las lecturas nos hablan de los difuntos y de la vida después de la muerte.
1ª- “Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia, una destrucción. Pero los justos están en paz.”
“Ellos esperaban confiadamente la inmortalidad” … Recibirán una abundante recompensa; Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí.
El Señor reinará eternamente sobre ellos…Dios ama a sus elegidos y los cuida.
En este párrafo vemos verdades fundamentales sobre la muerte y la vida:
La muerte, salida de este mundo, no es una desgracia ni completa destrucción.
La vida en la tierra, no es la única que existe. Se continúa después junto a Dios
Se recibirán las debidas recompensas y reconocimientos que no se dan aquí.
El Señor reinará eternamente sobre ellos; Dios los ama y cuida de ellos.
La muerte de cualquier persona nos suscita la pregunta: ¿Todo termina en esta tierra o se continúa, de otra forma, en otra parte? Dios nos abre a la esperanza.
Sal. “Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar de sus bondades y estar continuamente en su presencia”
2ª- “Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos… Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros” Por regalo de Jesucristo podemos iniciar desde este mundo la forma de vida a la que estamos destinados: “Amar a los hermanos” Todos somos eres humanos y por ello somos hermanos. Que el Señor nos conceda no reducir sólo, a la familia pequeña o ampliada, la hermandad, sino ampliarla hasta donde el corazón nos alcance.
El Evangelio nos presenta varias revelaciones:
- “En la venida del Hijo del hombre, rodeado de su gloria y acompañado de sus ángeles… habrá separación. Unos a la derecha y otros a su izquierda.
- El Señor reconocerá y premiará a todos los que hicieron obras buenas a los necesitados: dar de comer al hambriento, de beber al sediento, hospedar al forastero, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y encarcelados. El amor al prójimo tiene estas pequeñas o sencillas concretizaciones. Esto lo hacen diariamente, las mamás, personas de servicio doméstico, trabajadoras sociales
- La revelación más importante está en la afirmación de Jesús: “Yo les aseguro que cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos conmigo lo hicieron”. Jesús está presente en toda la humanidad y toma como servicio prestado a su persona lo que hacemos por los necesitados del mundo.
Pidamos al Señor, especialmente, en estos tiempos de crisis financiera, desempleo, hambrunas, enfermedades, encarcelados y alza de precios… la capacidad de reconocerlo en cada una de esas personas sencillas y necesitadas. De ver su rostro en ellas y prestarles servicios sencillos y humanitarios. Así estaremos finalmente con El a su derecha. Que así sea.