“Vayan, pues, y enseñen a todas la naciones, bautizándolas en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir
todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” Mt 28,16-20
19 octubre 08
Max Verduzco S.I.
Las lecturas hablan del mensaje universal de Jesús.
1ª- Isaías anuncia de manera profética: “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos”. El creador de todos los pueblos, que se han hecho diversos, recibirá de ellos oración y alabanza. Se cuida en no acentuar las diferencias: “Velen por los derechos de los demás y practiquen la justicia…” Respetar los derechos de los demás nos hermana a todos.
Sal. “Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
2ª- San Pablo ruega se hagan plegarias universales: “Que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido”
Los jefes de Estado y demás autoridades gobiernan en pluralidad. Su labor es vital para que todos los ciudadanos podamos llevar una vida en paz, en la que cada uno pueda entregarse a Dios y llevar una vida respetable. Tolerancia y respeto son fundamentales para vivir en paz. Pidamos al Señor por ellos, para que en tiempos de turbulencia y calamidades naturales, se preocupen por el bien común sobre intereses sólo económicos o partidistas.
En el Evangelio, Jesús resucitado, envía a sus discípulos a la mayor tarea globalizadora: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues y enseñen a todas las naciones… enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” La promesa de la presencia de Jesús, con sus discípulos y con la humanidad, hasta el fin del mundo es la garantía de que su enseñanza puede llegar a todas las naciones.
Gran apoyo se necesita del Espíritu Santo para poder enseñar con verdad “todo lo que ha mandado Jesús” y separarlo de las costumbres regionales de cada pueblo y nación. Desde el inicio de la Iglesia surgieron esos problemas. A los paganos convertidos, unos querían, imponerles prácticas judías. San Pablo los defendió.
En tiempos especiales de globalización, pidamos al Señor la sabiduría y la prudencia para trasmitir íntegramente su mensaje de “Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos” pero separado de los ropajes culturales y sociales con el estos grandes preceptos han crecido en las diversas partes del mundo.
El refrán dice: “A la tierra que fueres, haz lo que vieres” Que el Señor nos conceda a todos el encarnar su mensaje en los pueblos y costumbres de los que lo reciben. Que nos conceda el don y la sabiduría de inculturización adecuada. Que así sea.
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir
todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” Mt 28,16-20
19 octubre 08
Max Verduzco S.I.
Las lecturas hablan del mensaje universal de Jesús.
1ª- Isaías anuncia de manera profética: “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos”. El creador de todos los pueblos, que se han hecho diversos, recibirá de ellos oración y alabanza. Se cuida en no acentuar las diferencias: “Velen por los derechos de los demás y practiquen la justicia…” Respetar los derechos de los demás nos hermana a todos.
Sal. “Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
2ª- San Pablo ruega se hagan plegarias universales: “Que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido”
Los jefes de Estado y demás autoridades gobiernan en pluralidad. Su labor es vital para que todos los ciudadanos podamos llevar una vida en paz, en la que cada uno pueda entregarse a Dios y llevar una vida respetable. Tolerancia y respeto son fundamentales para vivir en paz. Pidamos al Señor por ellos, para que en tiempos de turbulencia y calamidades naturales, se preocupen por el bien común sobre intereses sólo económicos o partidistas.
En el Evangelio, Jesús resucitado, envía a sus discípulos a la mayor tarea globalizadora: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues y enseñen a todas las naciones… enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” La promesa de la presencia de Jesús, con sus discípulos y con la humanidad, hasta el fin del mundo es la garantía de que su enseñanza puede llegar a todas las naciones.
Gran apoyo se necesita del Espíritu Santo para poder enseñar con verdad “todo lo que ha mandado Jesús” y separarlo de las costumbres regionales de cada pueblo y nación. Desde el inicio de la Iglesia surgieron esos problemas. A los paganos convertidos, unos querían, imponerles prácticas judías. San Pablo los defendió.
En tiempos especiales de globalización, pidamos al Señor la sabiduría y la prudencia para trasmitir íntegramente su mensaje de “Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos” pero separado de los ropajes culturales y sociales con el estos grandes preceptos han crecido en las diversas partes del mundo.
El refrán dice: “A la tierra que fueres, haz lo que vieres” Que el Señor nos conceda a todos el encarnar su mensaje en los pueblos y costumbres de los que lo reciben. Que nos conceda el don y la sabiduría de inculturización adecuada. Que así sea.