viernes, 10 de octubre de 2008

Salgan, pues, a los cruces de caminos y conviden al banquete

“Salgan, pues, a los cruces de caminos y conviden al banquete
de bodas, a todos los que encuentren” Mt.22,1-14
12 octubre 08
Max Verduzco S.I.


Las lecturas nos hablan del llamado universal que hace el Señor para su Reino

1ª- Isaìas profetiza: “En aquel dìa, el Señor del universo, preparará sobre este monte un festìn con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisito y manjares sustanciosos”
La reunión final de toda la humanidad la representan como una gran fiesta- banquete, preparada por el Creador de la humanidad, a la que están convocados todos los pueblos de todos los tiempos.
Gran fiesta de “Fin de curso” que nadie se puede perder.

Sal. “El Señor es mi pastor”…”Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, tu vara y tu cayado me dan seguridad”

2ª- San Pablo nos cuenta su experiencia: “Yo se lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre” El Señor cuida de todos en todas la circunstancias.En cualquier estado el nos invita a participar en el gran“FESTIN”
No importa si estás agobiado por mucho trabajo o gozas de merecida jubilación

El Evangelio relata la parábola: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero estos no quisieron ir. La boda está preparada, por eso dijo a sus servidores: salgan a los cruces de caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren. Salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados”
El gran banquete, por su hijo, lo prepara el Señor. Todo está listo. Invita, primero, a aquellos con los que sentía alguna obligación. Sorpresivamente no quisieron asistir, sino que maltrataron y aún mataron alguno de sus criados.
La parábola estuvo dirigida a “Los sumos sacerdotes y ancianos del Pueblo” Ellos captan que aunque son los primeros invitados al Reino, no quieren entrar.
Pero la voluntad del Señor es más ámplia. Desea celebrar con todos la boda de su Hijo con la humanidad. Por eso llama a todos.

El llamado universal contrasta con la reprensión y castigo para el que encontró que no llevaba el traje de fiesta. Tenemos que descubrir lo que significa “traje de fiesta” Parece evidente que no se trata del vestido físico, venían del campo.
Creo que se refiere al deseo de participar en la fiesta que el Señor organiza para la humanidad. El nos da la vida y la invitación para participar en ella. Al menos se requiere el deseo de estar, agradecer y gozar lo que se te ofrece.

Pidamos al Señor que nos conceda el deseo de participar en su Reino. De agradecer la invitación, de reconocer que El organiza el banquete y que podemos participar en èl, sin ninguna consideración de nuestra raza, religión o condición social. Que nos conceda los fundamental: Reconocerlo y el deseo de estar con el El en el banquete de su Hijo. Que asì sea.