“Yo le aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han
adelantado en el camino del Reino de Dios” Mt.21,28-32
28 septiembre 08
Max Verduzco S.I.
Las lecturas nos hablan de obediencia o desobediencia a los mandatos; aceptación o rebelión y excusas.
1ª- Ezequiel nos dice que algunos en el pueblo de Israel decían: “No es justo el proceder del Señor” No es sólo un juicio, sino una rebeldía. Es algo muy común entre los humanos. Decimos que “no es justo” lo que se nos pide cuando no tenemos deseos de hacerlo, o no queremos aceptar la realidad. Decimos que nuestro pensamiento y juicio son los mejores. Nos cuesta aceptar que siempre hay personas de más jerarquía con visiones más amplias. Frecuentemente no estamos de acuerdo con: padres, maestros, gobernantes, comités, votaciones, ni aún con el dictamen de las ONU. Que el Señor nos conceda aceptar la realidad que se nos presenta, aprender de ella y descubrir que El está allí.
Sal.”Tu eres nuestro Dios y Salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
2ª. San Pablo nos invita a imitar la conducta de Jesús: “Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús”. Siempre aceptó la voluntad de su Padre. “Así, hecho hombre, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó la muerte y una muerte de cruz” Aceptar la realidad no es fácil, sobre todo cuando implica dolor, sufrimiento, contradicción y humillación. Dios conoce y valora todo lo que sucede, Nada queda perdido para El. Por eso a Jesús “Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre”. La vida no termina cuando dejamos de respirar en la tierra. Participaremos de su gloria.
En el Evangelio Jesús pone un ejemplo y una pregunta.
Un padre tenía dos hijos y les pidió, a cada uno, ir a trabajar en su viña
El primero contestó “Ya voy, Señor, pero no fue”.
El segundo respondió: “No quiero ir, pero se arrepintió y fue”.
La pregunta: ¿Quién cumplió la volunta del padre? El que cumplió su petición
Aquí, también, se aplica el refrán “Obras son amores y no buenas razones”
Aunque parece obvio, no siempre lo es: “El amor se tiene que poner más en las obras que en las palabras” Las palabras son ambiguas, las acciones más claras.
Otro aspecto que señala Jesús tiene que ver con los estratos sociales o con la percepción que tenemos de ellos. Con facilidad se piensa que unos son buenos y los otros malos. Que ni los “publicanos”, servidores gubernamentales, o las “prostitutas” servidoras públicas cambiarán su modo de proceder. Los tomamos como grupo incorregible. Jesús nos dice que son personas susceptibles de cambio y conversión. “Se les han adelantado en el camino del Reino de Dios.
Pidamos al Señor nos conceda tener confianza en Dios y aceptar las realidades que se nos presenten. El ejemplo lo tenemos en la conducta y los sentimientos de Jesús. Que nos esforzarnos en hacer más y hablar menos. Que así sea.
adelantado en el camino del Reino de Dios” Mt.21,28-32
28 septiembre 08
Max Verduzco S.I.
Las lecturas nos hablan de obediencia o desobediencia a los mandatos; aceptación o rebelión y excusas.
1ª- Ezequiel nos dice que algunos en el pueblo de Israel decían: “No es justo el proceder del Señor” No es sólo un juicio, sino una rebeldía. Es algo muy común entre los humanos. Decimos que “no es justo” lo que se nos pide cuando no tenemos deseos de hacerlo, o no queremos aceptar la realidad. Decimos que nuestro pensamiento y juicio son los mejores. Nos cuesta aceptar que siempre hay personas de más jerarquía con visiones más amplias. Frecuentemente no estamos de acuerdo con: padres, maestros, gobernantes, comités, votaciones, ni aún con el dictamen de las ONU. Que el Señor nos conceda aceptar la realidad que se nos presenta, aprender de ella y descubrir que El está allí.
Sal.”Tu eres nuestro Dios y Salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
2ª. San Pablo nos invita a imitar la conducta de Jesús: “Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús”. Siempre aceptó la voluntad de su Padre. “Así, hecho hombre, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó la muerte y una muerte de cruz” Aceptar la realidad no es fácil, sobre todo cuando implica dolor, sufrimiento, contradicción y humillación. Dios conoce y valora todo lo que sucede, Nada queda perdido para El. Por eso a Jesús “Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre”. La vida no termina cuando dejamos de respirar en la tierra. Participaremos de su gloria.
En el Evangelio Jesús pone un ejemplo y una pregunta.
Un padre tenía dos hijos y les pidió, a cada uno, ir a trabajar en su viña
El primero contestó “Ya voy, Señor, pero no fue”.
El segundo respondió: “No quiero ir, pero se arrepintió y fue”.
La pregunta: ¿Quién cumplió la volunta del padre? El que cumplió su petición
Aquí, también, se aplica el refrán “Obras son amores y no buenas razones”
Aunque parece obvio, no siempre lo es: “El amor se tiene que poner más en las obras que en las palabras” Las palabras son ambiguas, las acciones más claras.
Otro aspecto que señala Jesús tiene que ver con los estratos sociales o con la percepción que tenemos de ellos. Con facilidad se piensa que unos son buenos y los otros malos. Que ni los “publicanos”, servidores gubernamentales, o las “prostitutas” servidoras públicas cambiarán su modo de proceder. Los tomamos como grupo incorregible. Jesús nos dice que son personas susceptibles de cambio y conversión. “Se les han adelantado en el camino del Reino de Dios.
Pidamos al Señor nos conceda tener confianza en Dios y aceptar las realidades que se nos presenten. El ejemplo lo tenemos en la conducta y los sentimientos de Jesús. Que nos esforzarnos en hacer más y hablar menos. Que así sea.