viernes, 19 de septiembre de 2008

“El Reino de los cielos es semejante a un propietario, que salió a contratar trabajadores para su viña” Mt.20,1-26

“El Reino de los cielos es semejante a un propietario, que
salió a contratar trabajadores para su viña” Mt.20,1-26

21 septiembre 08 // Max Verduzco S.I.


Las lecturas hablan de la diferencia entre pensamientos humanos y divinos

1ª- Isaías presiona al pueblo de Israel a encontrar el recto camino. “Mis pensamientos no son los de ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos y pensamientos a los de ustedes”
Vivimos en el mundo en el cual la presencia de Dios no, nos es tan evidente. No tiene la evidencia de lo palpable y sólo se le puede encontrar siguiendo el impulso del corazón.
Por eso nos dice: “Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca”… “El corazón tiene sus razones que la razón no conoce” Para atinar con el buen camino debemos guiarnos por los buenos deseos e intenciones que aparecen en nuestro corazón. Allí descubriremos que los pensamientos y caminos de Dios son diferentes a los nuestros y tendremos la fuerza y energía para seguirlos.

Sal.Bueno es el Señor para con todos;su amor se extiende a todas sus criaturas

2ª- San Pablo afirma: “Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia” Contrasta su manera de ver la vida con la de tantas gentes que prefieren mantenerse alejadas de Cristo y continuar viviendo en este mundo. Ojalá y el Señor nos conceda apreciar con los ojos de Dios las realidades que nos tocará vivir y podamos, como Sn Pablo decir: “El deseo de morir y estar con Cristo, es con mucho lo mejor” y que el permanecer en esta vida sea para el bien de los que están cerca de nosotros.

El Evangelio relata las diversas contrataciones que el propietario hace para trabajar en su viña. Quedó con los primeros en pagarles un denario por día. Salió a diversas horas del día y contrató a otros trabajadores con la promesa de pagarles lo que “sea justo”. Al final a todos dio “Un denario”
Aquí, también, vemos que los pensamientos de Dios son diferentes a los humanos. Nosotros nos ufanamos de proclamar “A trabajo igual, Salario igual” y contrasta con la magnanimidad del dueño de la vid de dar el mismo pago al del inicio que al del final. Hay que considerar la buena paga de “Un denario” por trabajar en la viña del Señor. El cielo, con el Señor, es “buen y generoso denario”

Pidamos al Señor que nos conceda descubrir y seguir sus pensamientos en medio de todos los pensamientos humanos que se nos ocurren e imponen con evidencia. Que nos conceda vivir una bondad y generosidad semejante a la suya. Que tengamos la capacidad de oír y seguir los impulsos del corazón.Que así sea.