TRES CINEASTAS MEXICANOS, EN LO MEJOR DEL 2006
El 2006 ha sido un año raro y extraordinario para el cine que llega a nuestras carteleras: tres cineastas mexicanos han acaparado (sin exageración) premios y nominaciones por sus películas, como nunca se había visto en toda la historia del cine mexicano, y por otra parte, el cine independiente nos ha regalado también lo mejor en historias cinematográficas.
Tres cintas independientes, de bajo presupuesto, que abordan la realidad de la familia en nuevos contextos de nuestro nuevo siglo, han llamado la atención de todos: C.R.A.Z.Y., Quinceañera y Pequeña Miss Sunshine. C.R.A.Z.Y. (así, como iniciales), del canadiense Jean-Marc Vallée, sigue durante veinticinco años la historia de Zac, el cuarto de cinco hijos varones de una entusiasta y unida familia católica, cuyo jefe de familia no podría soportar que su hijo predilecto, Zac, fuera homosexual, pero lo es. Quinceañera, de los norteamericanos Ricard Glatzer y Wash Westmoreland, aborda una familia de chicanos en Echo Park, California, de tradicionales prácticas cristianas, que sufren una dramática crisis cuando la futura hija quinceañera resulta embarazada. Pequeña Miss Sunshine, del matrimonio formado por Jonathan Dayton y Valerie Faris, reúne de la manera más normal, rara, divertida y humana, a todos los miembros disfuncionales de una familia norteamericana, que acompañan a la niña de la casa para que gane un concurso de belleza en California. Las tres películas valen mucho como narración de historias cercanas que hablan de nosotros, nos hacen pensar, nos confrontan y nos abren nuevos caminos de vida por donde transitar.
Tres directores mexicanos -cuyas edades van de los 42 a los 45 años- han filmado fuera de México y con producción internacional, las películas que en conjunto han traído más reconocimientos, premios y elogios en los círculos de Estados Unidos y Europa: Babel, Niños del hombre, El laberinto del fauno . En envío anteriores he ofrecido un comentario de ellas.
El 2006 ha sido un año raro y extraordinario para el cine que llega a nuestras carteleras: tres cineastas mexicanos han acaparado (sin exageración) premios y nominaciones por sus películas, como nunca se había visto en toda la historia del cine mexicano, y por otra parte, el cine independiente nos ha regalado también lo mejor en historias cinematográficas.
Tres cintas independientes, de bajo presupuesto, que abordan la realidad de la familia en nuevos contextos de nuestro nuevo siglo, han llamado la atención de todos: C.R.A.Z.Y., Quinceañera y Pequeña Miss Sunshine. C.R.A.Z.Y. (así, como iniciales), del canadiense Jean-Marc Vallée, sigue durante veinticinco años la historia de Zac, el cuarto de cinco hijos varones de una entusiasta y unida familia católica, cuyo jefe de familia no podría soportar que su hijo predilecto, Zac, fuera homosexual, pero lo es. Quinceañera, de los norteamericanos Ricard Glatzer y Wash Westmoreland, aborda una familia de chicanos en Echo Park, California, de tradicionales prácticas cristianas, que sufren una dramática crisis cuando la futura hija quinceañera resulta embarazada. Pequeña Miss Sunshine, del matrimonio formado por Jonathan Dayton y Valerie Faris, reúne de la manera más normal, rara, divertida y humana, a todos los miembros disfuncionales de una familia norteamericana, que acompañan a la niña de la casa para que gane un concurso de belleza en California. Las tres películas valen mucho como narración de historias cercanas que hablan de nosotros, nos hacen pensar, nos confrontan y nos abren nuevos caminos de vida por donde transitar.
Tres directores mexicanos -cuyas edades van de los 42 a los 45 años- han filmado fuera de México y con producción internacional, las películas que en conjunto han traído más reconocimientos, premios y elogios en los círculos de Estados Unidos y Europa: Babel, Niños del hombre, El laberinto del fauno . En envío anteriores he ofrecido un comentario de ellas.
Saludos cordiales
Luis